Al sur de Colombia hay un puerto sobre el Pacífico: Guayaquil, que había dejado de pertenecer al Virreinato de Nueva Granada para ser transferido al Virreinato del Perú, vale decir dirigido desde Lima.
Los guayaquileños se levantaron en armas contra el Gobierno español, pidiendo ayuda al Gral. José de San Martín, Protector del Perú, quien estaba en Lima, ya liberada. Los realistas desde Quito, fuerte baluarte español, después de las derrotas sufridas por los patriotas en Camino Real y Huachi, veían la posibilidad de tomar Guayaquil, y consolidar en algo el Virreinato del Perú.
El Gral. Simón Bolívar consideraba a Guayaquil como parte del territorio colombiano, enviando al Gral. Antonio José de Sucre a defender los intereses de Colombia. Sucre, conociendo la potencia y fuerza del ejército realista, solicitó ayuda al Gral. San Martín, que comisionó al Gral. Álvarez de Arenales, quien declinó la comisión, haciéndose cargo de ésta el Coronel Andrés de Santa Cruz con la legión peruana y tropas argentinas al mando del joven Coronel Lavalle.
Sucre desde la cercanías de Guayaquil avanzó en semicírculo, subiendo hasta las faldas del volcán Pichincha, ubicándose en las alturas del mismo, efectuando un cerco cerrado a las fuerzas del Virrey Melchor Aymerich, quien con audacia rompió el cerco, presentando batalla el 24 de mayo de 1822. Después de dos horas de combate, las fuerzas realistas fueron diezmadas, cesando los fuegos de los fuertes de la ciudad de Quito.
Triunfante el ejército patriota, Sucre obtuvo la rendición de Aymerich y la entrega de la ciudad de Quito. El Gral. Sucre dio las garantías necesarias a los combatientes realistas, bajo la condición de su sometimiento a las leyes de la Gran Colombia y el gobierno republicano del Libertador.
El Acta de Capitulación fue firmado a horas 12 del 25 de mayo de 1822: por el ejército patriota firmaron los comisionados por Sucre: el Cnel. Antonio Morales, Jefe de Estado Mayor del Ejército; Cnel. Andrés de Santa Cruz, Comandante de la legión peruana; por el Virrey Aymarich lo hicieron el Cnel. Manuel María Martínez de Aparicio, Ayudante general del Virrey y el Cnel. Patricio Brayn, Jefe de Estado Mayor del ejército realista.
Posteriormente Santa Cruz fue ascendido a General de Brigada, y Jefe de Estado Mayor.
El Acta de Capitulación daba las más amplias garantías tanto al Virrey como a los oficiales y combatientes realistas; los señores oficiales conservarían sus armas, equipajes y caballos. Y los señores oficiales y combatientes realistas, sean éstos europeos o americanos, podían pasar a Europa u otros puntos, y ser admitidos quienes quieran en las filas patriotas.
El triunfo de Pichincha dio lugar a la inclusión de Quito como la tercera capital de la República de la Gran Colombia.
El retrato del Gral. Sucre en esos años, dado en Bucaramanga, era el siguiente: “Es caballero en todo; es la mejor cabeza organizada de Colombia; es metódico, capaz de las más altas concepciones, es el mejor General de La República, y el primer hombre de Estado. Sus ideas son excelentes y fijas; su moralidad es ejemplar; grande y fuerte su alma; valiente entre los valientes, leal entre los leales, amigo de las leyes y no del despotismo, partidario del orden, enemigo de la anarquía y, finalmente, un verdadero liberal”.
La batalla de Pichincha liberó al Ecuador y es el preámbulo a la batalla de Ayacucho, que dio libertad al continente.
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