Jaime de Lorenzo Barrientos
Un estudio de la OMS denuncia que dos millones de personas mueren al año por contaminación del aire. Es un problema subestimado hasta ahora que mata a muchas más personas que el Sida y la malaria. Afecta tanto a países desarrollados como a países en vías de desarrollo. La OMS realizó este estudio gracias a la información que le proporcionaron 1.100 ciudades de 91 países. Según sus datos, 80 de esos 91 países no respetan los límites de contaminación ambiental.
El aire contaminado al entrar en los pulmones puede provocar cardiopatías, cáncer de pulmón, casos de asma e infecciones respiratorias. En muchas ciudades, indicó la doctora Maria Neira, directora del departamento de salud pública y medio ambiente de la OMS, “la contaminación atmosférica alcanza niveles peligrosos para la salud”. La cantidad de muertes prematuras provocadas por la exposición a contaminantes del aire, llegaría a duplicarse con respecto a los valores actuales para 2050, y alcanzaría las 3,6 millones de muertes por año en todo el planeta. Las zonas más peligrosas están situadas en los países de crecimiento rápido, como India y China.
Las principales causas de contaminación del aire son los medios de transporte, la industria, la utilización de biomasa o carbón en las cocinas y en la calefacción. “Muchos países carecen de reglamentación sobre la calidad del aire y cuando la tienen, las normas nacionales y su aplicación varían considerablemente”, agregó la doctora. Los ancianos, las personas ya enfermas y los niños son los que más padecen los efectos de la contaminación.
El desarrollo industrial del mundo está afectando cada vez más a la salud. El objetivo es producir más que la competencia sin importar los medios que se use. Protocolos como el de Kioto no sirven porque no los respeta casi ningún país. Estados Unidos no lo ha ratificado y Canadá lo abandonó alegando que no iba a pagar ninguna multa que se le pusiese por contaminación. Los países que sí lo acatan y que superan su cupo de contaminación, les compran el suyo a otros países que no lo han completado.
Una inversión en energías más ‘limpias’ como la eólica, hidráulica o solar, disminuiría las muertes hasta la mitad en 2030. Pero la crisis también golpea a este sector, y hace que su inversión mundial descienda un 12%. Aun así, en 2012, se invirtió 1.300.000 millones de dólares en energías renovables. En estas energías están puestas las esperanzas para que se reduzcan los problemas de salud tanto de las personas, como del propio planeta.
El autor es periodista.
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