Según el diccionario de la lengua española, la tolerancia es entendida como la actitud de respeto hacia las opiniones y acciones ajenas, y en política es permitir opiniones y acciones contrarias a las políticas de quienes ejercen el poder del Estado, más aún en el sistema de gobierno democrático, donde deben existir mayorías y minorías, Gobierno y oposición. El Gobierno que administra el poder público debe ejecutar políticas de diverso orden, destinadas a buscar el bienestar de la población en su conjunto, y la oposición tiene la obligación de fiscalizar y representar, en su caso, los actos de gobierno que merezcan esa conducta. Y para ese cometido en el Órgano Legislativo tienen que estar los representantes de las minorías, de donde se infiere que el Gobierno debe ser de mayorías y minorías, sin exclusión alguna.
Cuando en el Gobierno del Estado se instala un régimen que liquida, destruye o persigue a la oposición, este régimen es autoritario o dictatorial, pues limita, restringe o suprime toda posibilidad de fiscalización a sus actos de gobierno, vulnerando en este tiempo no sólo preceptos constitucionales, sino de orden internacional, como son los acuerdos o convenios a los que se han adherido los estados.
En Latinoamérica y América se ha aprobado la “Carta Democrática Interamericana” que prescribe el régimen de pluralidad de partidos y organizaciones políticas, así como la separación e independencia de los poderes públicos. Además la Declaración de los Derechos Humanos dispone el derecho a la libre asociación, organización, pensamiento y expresión, como un derecho humano fundamental, de donde se infiere que la no admisión de corrientes opositoras atenta contra los derechos fundamentales del ser humano.
La actitud del gobierno del MAS de obligar al cierre de actividades de una organización no gubernamental, amparada en el discurso del Presidente del Estado Plurinacional de echar del país a organizaciones que financien a grupos opositores, no hace otra que ratificar, una vez más, la visión que tiene el actual régimen de gobierno de las organizaciones cocaleras, para no permitir oposición y en consecuencia el no financiamiento a organizaciones que pudieran hacer críticas a las políticas del régimen. Pero sí permite y alienta a aquéllas que financien a las organizaciones que apoyan al régimen, pues como sabemos, en los primeros años del actual Gobierno, un Gobierno extranjero financió una serie de programas políticos del oficialismo y de organizaciones que lo respaldaban, con recursos que salían directamente de su embajada en nuestro país y no ingresaban en las cuentas del Tesoro Público. Tales recursos hasta este tiempo no han sido cuantificados.
Sabemos todos que el Gobierno financia las actividades políticas de los llamados movimientos sociales afines a sus políticas, para sus eventos, traslados, reuniones, desplazamientos en el territorio y al exterior, les entrega vehículos, radios, inmuebles, etc., sin que estos recursos estén presupuestados, menos fiscalizados, pero que llegan a cientos de millones de dólares. Sin embargo si hay alguna duda en cuanto a que una organización de origen extranjero financie alguna actividad ciudadana que pueda ser crítica al Gobierno, ésta es echada del país, sus bienes secuestrados –como en el caso USAID- y prohibidas sus actividades, con el argumento -como lo dijo el jefe de bancada de senadores oficialistas- de que estaba en actitud de desestabilizar al régimen de gobierno.
Lo cierto es que los actuales gobernantes carecen de una formación y conciencia democrática, pues el primer ciudadano proviene del sindicalismo cocalero y el segundo de las actividades del extremismo izquierdista antidemocráticas, y así lo han demostrado en los ocho años de duración del régimen, donde las actitudes autoritarias han sido más que las de tolerancia y convivencia con los que piensan distinto, determinando un régimen de “democradura”, es decir una dictadura con antifaz democrático.
Oscar Arias Sánchez, ex presidente de la República de Costa Rica, al responder a una pregunta sobre cuál es el mejor gobierno, expresó: “es aquél que tiene el mayor control y si no hay oposición, hay que fomentarla”.
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