[Aldo Luna]

Año conflictivo para los bolivianos


Para Bolivia el año que comienza será de incertidumbre, por lo que puede suceder, a lo que se sumarán las campañas electorales, configurando un panorama que no es alentador.

En cuanto a las posibilidades electorales de oficialistas y opositores, se puede prever una ligera mayoría masista en la próxima Asamblea Legislativa. Lo inesperado, pero no imposible, sería un revés político para el oficialismo en las urnas.

En el día de las elecciones lo que se espera es que el pueblo decida lo que le conviene. En los hechos el candidato y actual Presidente tiene a su favor toda la maquinaria electoral, sin embargo es impredecible la reacción de la ciudadanía. Hay hechos que no se los puede ignorar, como la persecución política a los opositores. En todo caso, la lucha pre-electoral ha comenzado y se observa que grupos sociales que antes actuaban mancomunadamente, ahora están divididos por ciertos intereses. El grupo social indígena, que antes actuaba unido, ahora se encuentra diseminado en diferentes regiones.

Lo cierto es que en el país falta planificación política para enfrentar grandes problemas, como la falta de producción en varios rubros, recurriéndose, por ejemplo, a la importación de alimentos a fin de satisfacer las demandas de las mayorías. Otro caso lacerante es el desplazamiento de cientos de indígenas potosinos a los centros urbanos, para pedir comida y ayuda para subsistir, lo que significa abandono por parte de las autoridades locales y nacionales.

La falta de incentivos a pequeños productores ocasiona hambre y miseria, contrariamente a lo que pregonan organismos de cuantificación. En cuanto a políticas de salud, es evidente el descontento de sectores sociales, inclusive del sector cocalero adicto al Gobierno. Es cada vez más comprobable el fracaso de las reformas judiciales, porque la justicia sigue siendo sólo para los que tienen más dinero, mientras que muchos pobres e inocentes son llevados a las cárceles. Por esos y otros problemas, se prevé que la situación económica del país va a empeorar, particularmente por la disminución de la producción y la competencia desleal del contrabando, así como por factores climatológicos adversos.

Por otra parte, la otorgación del doble aguinaldo ha encarecido el costo de vida porque los comerciantes han subido los precios de los productos, argumentando que deben cumplir con ese beneficio imprevisto, lo que, pasado un breve entusiasmo del momento, ha afectado la economía popular. Además trabajadores piden aumento salarial que compense la subida de precios de productos de consumo, en caso contrario reaparecerán los problemas sociales como marchas y huelgas.

La inseguridad ciudadana se agrava por el crecimiento de la delincuencia y el narcotráfico, cuyas secuelas alarman a la población, ya que el país se va con convirtiendo en paso del tráfico de drogas.

Ante este panorama desalentador, la población boliviana espera un gobierno verdaderamente democrático, con políticas sólidas y ante todo que unifique a los bolivianos, desterrando odio y enfrentamientos.

En tal sentido, los protagonistas de las próximas elecciones deberán presentar ante la ciudadanía planteamientos para solucionar los diversos problemas del país.

El autor es Profesor Emérito de la UMSA.

TITULARES

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

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