Futuro incierto

“Es duro. Quiero estar en los Lakers. Mi corazón está aquí. No os puedo mentir. Estoy feliz de que el traspaso no haya sucedido”. Aunque lo parezca, no son las últimas declaraciones de Pau Gasol, sino las que realizó en diciembre de 2011 cuando los dueños de la NBA vetaron su traspaso a los Houston Rockets en una operación que hubiera llevado a Chris Paul a los Lakers. Han pasado dos años y la incierta situación del pívot español en el equipo de Los Ángeles sigue siendo más o menos la misma. Los Lakers, ahora, desean enviarlo a Cleveland para ahorrarse unos 20 millones de dólares —14,6 millones de euros— en el pago de fichas y la denominada tasa de lujo por superar el tope salarial.

Las negociaciones se alargan, Pau Gasol continúa jugando y la presión deriva en constantes interpelaciones sobre su adiós al equipo y también en noticias falsas al respecto. El domingo por la mañana, cuando Pau Gasol se despertó y abrió su ordenador comprobó que algún importante medio de comunicación y las redes sociales ya lo daban por traspasado.