Un total de 39 ballenas piloto murieron tras quedarse varadas el domingo en una playa de la bahía Golden, en la Isla Sur de Nueva Zelanda, informó ayer el Ministerio de Conservación del país oceánico.
Las ballenas quedaron varadas el domingo a unos 5 kilómetros de la base de Farewell Spit en una parte elevada durante la marea alta, pero el operativo para salvarlas se complicó con la bajada de la marea y un aumento de la fuerza de los vientos.
Por la mañana de ayer ya habían muerto doce ballenas y los expertos del Servicio de Conservación de la bahía Golden decidieron sacrificar al resto de los mamíferos para evitar prolongar su sufrimiento, según informó este organismo en un comunicado de prensa, publicó Efe.
“Evaluamos cuidadosamente la posibilidad de poder reflotarlas y llevarlas a mar abierto de forma segura. Pero nuestro equipo, que tiene una vasta experiencia con ballenas varadas, determinaron que a causa de varios factores era imposible rescatarlas”, dijo el director del Servicio de Conservación de Golden Bay, John Mason.
No es la primera vez que se da este tipo de incidentes en Farewell Spit ya que en noviembre de 2012, 28 cetáceos murieron tras quedar varadas en esa playa y en enero de ese mismo año, 80 ballenas pilotos perecieron después de que un grupo de 99 se quedaron varadas en ese lugar.