Ramón Claure Calvi
En los últimos días del año 2013, el presidente Evo Morales en una de las ya acostumbradas concentraciones de su militancia, transmitidas por algunos canales de televisión, se refirió en dos palabras a ferrocarriles y mencionó contar con la colaboración de un país amigo.
El Comité Impulsor del F.C. Aiquile-Santa Cruz, fundado en octubre de 1997 en Cochabamba, remitió a Palacio de Gobierno documentos fundamentados impugnando la “capitalización” de los ferrocarriles. Esta impugnación a partir de 2005 fue más contundente, por dos motivos:
Primero, entre el 15 de marzo de 1996, fecha de protocolización de los contratos de concesión y licencia de la “capitalización” de ENFE, y marzo de 2005, transcurrieron nueve años en los que los fundamentos de la impugnación del Comité fueron confirmados por hechos concretos: descomposición y destrucción del sistema ferroviario, de hondo contenido y efectos geopolíticos.
Segundo, la presencia de Evo Morales en Palacio de Gobierno y su filosofía antiimperialista y anticapitalista, irradió nuevo optimismo y motivó que la impugnación del Comité Impulsor sea más acentuada, al punto de haber motivado que Ramón Quintana, hombre de confianza del Primer Mandatario, busque en su domicilio a Ramón Claure, Ejecutivo del mencionado Comité Impulsor y haber acordado la conformación de una comisión técnica que elabore una agenda ferroviaria. Se fijó el 18 de abril de 2007 para una reunión en La Paz y culminar la conformación de la comisión técnica.
Han transcurrido 6 años, no se convocó a la reunión fijada para el 18 de abril de 2007, en los hechos, Quintana se burló del Comité Impulsor o hubo desacuerdos en el gabinete ministerial. Es aquí que el anuncio de Evo Morales está mostrando que, por fin, la impugnación del Comité Impulsor convenció al Primer Mandatario, no podía ser de otro modo, para emprender la recuperación y recomposición de nuestros ferrocarriles. El anuncio vuelve a motivar una esperanza. El ferrocarril no es consigna política partidista, es patrimonio nacional, cumple funciones de integración nacional e internacional, es altamente competitivo y asume un rol geopolítico.
Bolivia no puede subsistir y progresar en el verdadero sentido de la palabra, como país, si no recompone y moderniza sus ferrocarriles. Si el anuncio del presidente Morales encamina el tema ferroviario por donde debe avanzar, el concepto del cambio tan pregonado y los 13 pilares de la Bolivia Digna y Soberana al 2025, podrán ser realidad, en caso contrario será un anuncio más de tinte demagógico con fines electorales.
Una Bolivia enclaustrada en el corazón de Sudamérica, sin un sistema ferroviario integrado, aun si la demanda marítima ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya fuese favorable, con su nueva imagen geográfica y su consiguiente desarrollo sin ferrocarriles, no podrá alcanzar sus objetivos. Que este 2014 nos ilumine a gobernantes y gobernados para comprender a cabalidad el rol de un sistema ferroviario con alcance nacional e internacional.
El autor es ex Ministro de Transportes y Comunicaciones.
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