Hace pocos días, el Ministro de la Presidencia lanzó una prevención a una Organización No Gubernamental argumentando que “hace política entre los campesinos”; luego, la misma información fue confirmada haciéndose extensiva a varias otras que estarían en peligro de terminar las misiones que se han impuesto: servir a los más necesitados y contribuir a su desarrollo educativo y atención en salud.
Las Organizaciones No Gubernamentales cumplen en los países del Tercer Mundo, al que pertenece nuestra nación, labor meritoria e importante porque su misión y fin radica en el servicio. Son organizaciones que funcionan con autorización de los gobiernos en cuyo país están; por principio que respetan, no conviven ni alientan políticas partidistas ni tendencia ideológica alguna y el trabajo que hacen es solidario, eficiente, eficaz y responsable.
En muchos países -el nuestro entre muchos- reconocen plenamente la importante labor que realizan y que, de una u otra manera, cooperan a la disminución de la pobreza porque también muestran caminos para el desarrollo y progreso de los pueblos a los que sirven. Son, en su mayoría, fuentes de trabajo porque emplean a técnicos y trabajadores bolivianos en el cumplimiento de la misión que se han impuesto.
Reciben medios financieros de entidades privadas sin que falte, posiblemente, algún Gobierno que encuentra beneficioso destinar fondos para contribuir a facilitar el trabajo y la misión que se han propuesto. Muchas veces se ha calificado a estas organizaciones como “incitadoras de la intranquilidad pública” o “predicadores de derechos que asisten al ser humano”. Jamás se supo que alguna haya realizado labor partidista o se haya asociado con partido político alguno. Hace años, en la década de los 80, se sostuvo que intervenían varias ONGs en el funcionamiento de algún partido político, sin que se haya llegado a comprobar tal aseveración.
Organizaciones campesinas y citadinas se han beneficiado con la labor de las ONGs y han cubierto campos en los que no tuvieron acción ni las autoridades ni institución o empresa privada alguna; son organismos integrados por voluntarios que no persiguen lucro alguno y tienen como misión moral o religiosa servir al prójimo.
Se dice que realizan “labor política” y, al respecto, bien se puede decir que hay políticas “educativas, en salud, para el desarrollo, para investigación, para educación” y otras que así se las denomina; no siempre se las puede confundir con “actividades político-partidistas”, que sí implicaría de alguna manera injerencia en cuestiones privativas del país.
Seguramente cada una de las ONGs señaladas por las autoridades demostrará el trabajo que realiza desmenuzando así la acusación sobre que efectúan otras labores.
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