Mala fortuna

Un capítulo aparte merece la última historia protagonizada por Carlos Sainz, tocado nuevamente por la varita de la mala fortuna.

Sainz se percató de que no llevaba suficiente combustible para finalizar el segundo tramo neutralizado, por lo que decidió desviarse del camino y buscar una gasolinera.

Al encontrarla y repostar, el madrileño vio que no tenía dinero para pagar y tuvo que solventar el asunto, lo que le hizo perder más tiempo para llegar al inicio de la segunda especial del día.

Las prisas y los nervios hicieron que Sainz se despistara al salir de la gasolinera. Avanzó unos 500 metros y al llegar a una curva cerrada se despistó mientras se ponía el cinturón de seguridad y se salió de la carretera.

Su buggy dio dos vueltas de campana y quedó suficientemente dañado como para no poder seguir la prueba. Sainz y su copiloto alemán quedaron magullados pero sin lesiones de gravedad.