¿Cómo está la Bolivia Plurinacional?

Al conmemorarse el 22 de enero un nuevo aniversario de la creación del Estado Plurinacional de Bolivia, me puse a pensar sobre qué cosas cambiaron para bien, qué sigue igual, qué cambió para mal, así como algunas contradicciones que se dan en este bendito país al que el texto de la nueva CPE curiosamente la sigue llamando -por una media docena de veces- República de Bolivia. Veamos algunos ejemplos.

Se incentiva a los niños a ir a clases dándoles un bono, pero ¿está bien enfocada su educación con lo que pasa en el mundo real? Las madres gestantes reciben igual regalo, pero ¿tienen mejores oportunidades de autorealización? La asistencia que se da a los discapacitados, ¿valió la pena sus penosas huelgas que por más de una vez estremecieron nuestras almas? ¿Qué de las personas de la tercera edad que reciben el “Bono dignidad” pero no son dignas de un segundo aguinaldo?

Si la inclusión social es un gran avance hacia un mayor protagonismo de campesinos, indígenas y originarios en la vida pública, incluso en el manejo de entidades del Estado -muchas veces a costa de su eficiencia- ¿por qué tantas peleas que llevan a pensar que algunos son “más” campesinos, indígenas y originarios que otros?

En cuanto a la no discriminación, algo que nadie debería criticar siendo que todos somos iguales ante Dios y ante la Ley -aunque no siempre ocurre esto- no entiendo cómo un país que promueve la no discriminación permite certámenes de belleza como el inaudito ¡“Miss Plurinacional”! ¿No denigra esto a las mujeres campesinas, indígenas, originarias, discapacitadas o desfavorecidas, que no califican para desfilar en bikini en un concurso con nombre gringo?

Que la pobreza y la desigualdad vienen bajando desde hace diez años en el país, es cierto, y si bien el asistencialismo de corto plazo aceleró el proceso, ¿cuán sostenible será en la época de vacas flacas? ¿Se ha invertido igual para crear capital humano mejorando la salud y educación?

¿Qué de la inseguridad, los avasallamientos, la corrupción, el narcotráfico y el contrabando? Un mejor país no es el que más cárceles llenas tiene, ni el que mayores incautaciones realiza.

Respecto al avance económico registrado, de verdad pudo ser mayor y el insistir en compararlo al pasado neoliberal no es serio, puesto que involucra contextos históricos muy diferentes. Finalmente, en cuanto al modelo económico imperante su solidez se verá en la época de crisis -no en la bonanza-, pues ya se sabe que “con dinero hasta la pobreza es llevadera”.

El autor es Economista y Magíster en Comercio Internacional.

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