La oposición de los transportistas federados a la presencia del transporte municipal es una tontería que no se adecua a la evolución que se vive en el mundo, donde se va mejorando este importante servicio. Se necesita unidades móviles con estándares técnicos que satisfagan las necesidades de los usuarios, con amplia cobertura en la ciudad, de forma permanente, salvo imponderables. El servicio que prestan los sindicalizados del transporte público es caótico, pues no cumplen con las rutas que les han sido asignadas, fijan tarifas a su antojo, no respetan el tarifario oficial, los vehículos en su gran mayoría son obsoletos, no son garantía para la seguridad de los pasajeros, sumándose a ello la malcriadez, el abuso y la falta de aseo tanto de los motorizados como de los choferes a los que uno tiene que someterse. Es evidente la desconsideración que tienen con escolares y, sobre todo, ancianos y gente humilde a la que no quieren atender, además del exagerado número de pasajeros en algunas horas, hasta el hacinamiento que da lugar a robos por parte de delincuentes.
Los dirigentes del transporte, potentados y encubiertos políticamente, sólo piensan en los elevados ingresos que perciben con sus imposiciones. Este sector privilegiado se ha constituido en un poder económico y hasta instrumento político de los gobiernos de turno, para muchas veces lograr objetivos innobles, bloqueos prepotentes, como sucedió en pasados días para el logro de sus objetivos y continuar con el monopolio del servicio, ocasionando perjuicio económico, laboral, a la ciudadanía paceña,
Los paros o bloqueos del servicio son llevados a cabo incluso con actitudes vandálicas (con rotura de parabrisas de vehículos particulares, destrozo del ornato público, golpes a transeúntes), por los propietarios de vehículos y sus choferes, incluso algunos de ellos tienen dos, tres o más vehículos y ejercen control monopólico.
El ingreso del transporte municipal tiene que servir de experiencia para identificar todos los males del transporte público y promover el derecho del pueblo a contar con un servicio con eficiencia, diseñar y desarrollar una estrategia con políticas y normas que permitan resolver problemas y aplicar la ley para garantizar el desarrollo de principios técnicos, separándolos de los grandes intereses económicos y abusos que actualmente se observa.
La Paz es una urbe que requiere descongestionamiento del flujo de pasajeros, un reordenamiento planificado de rutas. El ingreso del servicio de transporte municipal es de prioridad y no sólo en rutas donde no hay servicio, sino en toda la ciudad, con una interconexión y respondiendo a los retos de la modernidad en los tiempos que vivimos.
La Alcaldía, con respaldo del pueblo paceño responsable y con amplio espíritu de colaboración para el progreso de la ciudad de La Paz, debe imponer el principio de autoridad para hacer realidad los proyectos y planes que tiene en beneficio de la sociedad.
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