El anuncio de la llegada del escritor peruano Mario Vargas Llosa a la ciudad de Santa Cruz desató en los círculos oficiales del Gobierno, incluyendo al Presidente y Vicepresidente del Estado plurinacional, una serie de declaraciones con la intención de “descalificar” al escritor que recibió el premio Nobel por su importante labor literaria, en algún caso con la pretensión de vincularlo a un ex Ministro del Gobierno que cayó en 2003 y que se encuentra exiliado en un país del norte, lamentables posturas que, por el contrario, le han dado mayor expectativa a la visita del nombrado escritor.
Precisamente el Vicepresidente del Estado, en declaraciones públicas recogidas por los medios de comunicación en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, tachó al escritor de sostener ideas políticas atrasadas, cavernarias, etc., refiriéndose a las ideas “liberales” del ilustre visitante, lo que nos lleva a examinar si realmente las ideas liberales están superadas históricamente o se encuentran plenamente vigentes.
Las ideas liberales tienen su origen, como casi todo el pensamiento filosófico de occidente y gran parte del mundo, en la antigua Grecia, concretamente en el pensamiento del sabio Aristóteles, discípulo de Platón y en el planteamiento de la escuela filosófica de los “estoicos”, que sostenían que todos los hombres nacen con derechos naturales, por ser un producto de la naturaleza, derechos a ser libres e iguales, ideas que fueron completadas por los más importantes filósofos de la historia de la humanidad, hasta rematar en los enciclopedistas franceses que con sus ideas prepararon el camino para la Revolución Francesa que acabó con el régimen de la monarquía absoluta e inauguró el liberalismo, es decir un régimen de libertades que fueron plasmadas en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en París en 1789.
El ideario del liberalismo inspiró las luchas emancipadoras y algunos rasgos de éstas se encuentran en la Proclama de la Junta Tuitiva de la Revolución paceña de 1809, y en especial en la ideología impresa en el proyecto de Constitución que Simón Bolívar elaboró para nuestra Patria y que se aprobó en 1826.
La idea básica de Simón Bolívar en su proyecto constitucional fue la de construir una República en la que los ciudadanos puedan gozar de plena libertad, dotando a los ciudadanos de una serie de mecanismos jurídicos y políticos que les permita defenderse de los dos monstruos (como lo dijo en su en su mensaje): “la tiranía y la anarquía, que forman un inmenso océano de opresión que rodea la pequeña isla de la libertad”. Prosigue el Libertador que “Dios ha destinado al hombre a la libertad…”, es decir un don divino que no le puede ser privado.
Para Bolívar la “libertad civil”, que la conceptuaba como la “verdadera libertad”, debía ser protegida y para ello en su Constitución fue impresa, así no puede ser suspendida, como derecho de los bolivianos… (Art. 152). No está sujeta a la acción de los funcionarios ejecutivos, ni siquiera del Presidente de la República, el que estaba prohibido de privar de la libertad a cualquier ciudadano… (Art. 83, numeral 3). La libertad civil deberá ser salvaguardada por los tribunales de justicia, en ella se encuentran la seguridad individual, la propiedad y la igualdad ante la ley (Art. 144); los mismos ciudadanos deben defender la libertad como un deber, pues dice: velar sobre la conservación de las libertades públicas (Art. 11, numeral 5).
Bolívar como creador de la República inyectó en la “superestructura” del nuevo Estado el liberalismo, como ideología constitucional, la misma que se mantuvo en las demás constituciones y sus reformas, e incluso en la actual del Estado plurinacional se garantiza una serie de derechos y libertades. En su proclama de 1 de enero de 1826 a los bolivianos, sentenció: “reciban la Constitución más liberal del mundo”.
El liberalismo en su concepción más amplia no es sino la proclama de un régimen de libertades, frente a la opresión y la tiranía, así como la anarquía que también anula o limita esas libertades. En consecuencia el mundo contemporáneo está en plena lucha por lograr la libertad, liquidando a regímenes dictatoriales en África y medio oriente y otras latitudes. La China como país potencia, pese a su régimen comunista, garantiza algunas libertades, como la de libre empresa y propiedad privada.
La ideología que sí ha sido superada históricamente es el socialismo de corte marxista, es decir el comunismo, con el derrumbe estrepitoso del sistema encabezado por la ex Unión Soviética, y sólo quedan en el mundo dos o tres países bajo ese régimen como muestras en el museo de la historia universal. El liberalismo es a la democracia como el socialismo comunista a la dictadura, así sea con el eufemismo de la dictadura del proletariado, que no es otra cosa que dictadura del partido.
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