“Forma de vida didáctica” (Aprendiendo algo bueno en cada día de vida)

Son muchas las personas que creen que vivir es “comer y divertirse” o “salir y pasarla bien” y de este modo, van creyendo que la vida es un eterno recreo donde todo lo que hay que hacer es pedir a los papás dinero y la satisfacción de deseos sin haber hecho los méritos suficientes ni los aprendizajes necesarios para vivir como se debe vivir.

Los jóvenes que viven de esta manera comienzan a volverse tiranos, van ejerciendo conductas de tiranía relacional  que causan sufrimientos, dolores y pesares de toda clase sin darse cuenta de que están creando un karma; es decir una serie de causas negativas que a su tiempo se convertirán en efectos y que por supuesto, se pagan y se tienen que pagar.

La situación que estoy describiendo es muy común en nuestros tiempos y todo esto sucede porque no tenemos una forma de vida didáctica, pensamos que todo lo que se tiene que aprender se debe aprender en la escuela, en el colegio o en la universidad y no nos damos cuenta de que el lugar de aprendizaje más importante es el propio hogar pues las lecciones que se aprenden en el mismo definen el tipo de persona que seremos en la vida y la calidad que tendremos como seres humanos en el futuro y también la calidad que tendremos como sociedad.

Aprender a familiarizarse con la idea de “tener una forma de vida didáctica” en la cual todos los días se tiene que aprender una lección específica que debe ser memorizada y aplicada en la propia vida de forma acumulativa, es la idea más importante del presente artículo.

Cuando no estamos conscientes de las lecciones que vamos aprendiendo a lo largo de nuestra vida, esas lecciones quedan sumergidas en nuestra mente subconsciente y no están a nuestro alcance directo y es por esa razón que debemos aprender a memorizarlas y aplicarlas para tener un dominio consciente de nuestra manera de vivir y de nuestro destino personal y familiar.

Si tuviéramos un cuaderno para hacernos un diario de las lecciones aprendidas en cada uno de nuestros días de vida, tendríamos un registro del poder de aprender y del poder de progresar que vamos aplicando en nuestra vida.

Cada lección específica es un progreso en nuestra manera de pensar y cuando aprendemos a pensar con inteligencia y de manera libre, pensamos con la libertad de formar y de reformar nuestros criterios para no estar diciendo: “yo soy una persona con criterio formado” como si fuera el ultimo pensamiento de nuestra vida pues cuando dejamos de cambiar y de mejorar nos convertimos en personas que ya dejaron de mejorar y de evolucionar.

Las personas que viven aprendiendo van formando su criterio hasta el último día de su vida y esa formación y reformulación del criterio proviene de la capacidad de vivir aprendiendo lecciones para poder tratar mejor a las personas, para poder enseñar y aprender en el seno del hogar las lecciones más valiosas que van a adornar nuestro corazón con coronas de alegría, de satisfacción y de muchos logros personales.

Para que usted querido amigo o usted querida amiga pueda incorporar la idea de tener una forma de vida didáctica, escriba una fecha de inicio y una fecha de finalización y también describa la meta que quiere lograr en ese período de tiempo y anote las lecciones que aprenda en cada día y descubrirá con mucho agrado que si  todos en la familia aprenden una lección al día, en un año habremos mejorado lo que no hicimos en los diez años anteriores, nos vemos en el artículo de mañana.

Palabras del autor: “Con solo borrar el cincuenta por ciento del dolor acumulado que tenemos en el inconsciente nuestro bienestar puede aumentar significativamente”.

Si desea tener una conversación con el autor o una consulta acerca de cualquier problema de su vida,  llame a los teléfonos del encabezado  (72513317-2488284-77787203).

Los problemas sólo se resuelven cuando se los afronta con seguridad.