Defensa de Fujimori pedirá revisión de sentencia de 25 años en prisión

Lima.- William Castillo, abogado del expresidente peruano Alberto Fujimori, anunció ayer a Efe que interpondrá un recurso ante el Poder Judicial de Perú para que se revise la sentencia de 25 años de prisión que se impuso a su cliente en 2009 porque ésta incluye el delito de lesa humanidad.

Castillo aseguró que cuando Fujimori fue extraditado desde Chile, en 2007, no figuraba el delito de lesa humanidad en el código penal de ese país ni tampoco en el de Perú.

“El Perú lo reclama (a Chile) para que sea juzgado por tres delitos: homicidio calificado, secuestro y lesiones graves. Sin embargo, el juez (César) San Martín junto con los otros vocales declaran en la sentencia que Fujimori ha cometido delitos de lesa humanidad”, afirmó Castillo.

El abogado indicó que tiene “casi lista” la demanda de revisión de la sentencia, pero que le falta añadir una absolución de consulta que hizo la semana pasada a la Corte Suprema de Chile, en la que pidió que se confirme que el delito de lesa humanidad no figuraba entre los argumentos de la extradición de Fujimori, informó Efe.

“Nosotros queremos empezar una estrategia que parta de que la sentencia estuvo viciada... lo condenaron por un delito por el que no fue extraditado”, manifestó.

“Fujimori nunca fue entregado a Perú para ser condenado por lesa humanidad”, dijo.

Castillo acotó que presentará el recurso legal en las próximas semanas, una vez que reciba la respuesta de las autoridades judiciales chilenas.

Fujimori, que también cumple penas menores por delitos de corrupción, fue sentenciado a 25 años de prisión por la autoría mediata (dominio del hecho) de 25 asesinatos y dos secuestros durante su Gobierno (1990-2000).

El tribunal lo condenó por los delitos de secuestro agravado, asesinato con ferocidad y alevosía, lesiones graves y contra la humanidad.

En junio pasado, el presidente de Perú, Ollanta Humala, le negó el indulto humanitario, al seguir las recomendaciones de una comisión especial que concluyó que Fujimori no tenía una enfermedad terminal ni presentaba trastornos mentales graves.