Un olvidado héroe de la Independencia

El patriota caudillo de la Republiqueta de Larecaja, presbítero doctor Ildefonso de las Muñecas y Alurralde, Rector de la Iglesia Catedral del Cusco, fue General en Jefe del Ejército Auxiliar de la madre Patria. Comandante del Gran Batallón Sagrado de la Republiqueta de Larecaja, nació en Tucumán (Argentina) en 1776, de donde vino al Bajo Perú para consagrarse a la lucha anticolonial de los patriotas; como destacado estratega intervino en sangrientas batallas contra los realistas.

Por sus ideales libertarios creó la famosa Republiqueta de Larecaja (hoy provincias Franz Tamayo, Bautista Saavedra, Muñecas y Larecaja), por cuyos caminos, ríos, sierras, llanos y montañas condujo al célebre Batallón Sagrado. En dichas contiendas bélicas ofrendaron sus vidas héroes anónimos de la provincia Muñecas, de los pueblos de Chuma, Ayata, Aucapata, Camata, Pusillani y otras comunidades rurales. Su Cuartel General de Ayata y de Cani Cani fue importante porque allí se gestaron las batallas de Wallpacayu y Callinzani, donde los realistas fueron derrotados por el Batallón Sagrado.

El Dr. sacerdote Ildefonso de las Muñecas siguió luchando denodadamente, haciendo culto de la libertad en los pueblos del norte paceño, convirtiéndose en permanente peligro y pesadilla para los realistas, quienes por aprehenderlo pusieron precio a su cabeza. Gamarra y Abeleira con gran despliegue de fuerzas realistas y después de una cruenta batalla lograron vencer al valeroso cura patriota el 27 de febrero de 1816, en las posiciones de Chokelluska de las alturas de Ayata.

Con esta derrota se inició el fin de la Republiqueta de Larecaja. Pero el Presbítero de las Muñecas sacando fuerzas de flaqueza logró recomponer un contingente de 50 personas y fue a los bosques de Camata. Las fuerzas realistas asesinaron despiadadamente al grupo de patriotas, de donde logró salir el Comandante para internarse en los bosques de Camata, en una cueva del sector de Inca Samaña. Ahí se entregó a la reflexión y oración planificando la lucha libertaria, pero fue traicionado por su compadre y aprehendido por las fuerzas del Capitán Navajas el 23 de abril de 1816, quienes lo condujeron fuertemente custodiado y encadenado al campamento del Comandante realista José Abeleira y éste lo envió hasta La Paz, pasando por última vez por el cerro de Khoanzani, por los senderos altiplánicos que tanto había trajinado con su aguerrido Batallón Sagrado.

Pasó también por el glorioso campo de Batalla de Chokelluska, evocando a los valerosos patriotas muñecanos que sacrificaron sus vidas; ingresó a su glorioso Cuartel General de Ayata, donde se gestó la estrategia libertaria, prosiguió el séquito por el Cuartel General adjunto de Cani Cani, para ingresar a la población de Aucapata, pasar por el caudaloso río Llika y llegar a Tacacoma, por Quiabaya, Sorata, Laja hasta Viacaha. En esos agotadores días y noches de viaje el epónimo héroe debió presentir que su muerte estaba cerca, pero además estaba orando permanentemente por la emancipación americana del yugo español, planificando nuevas estrategias para enfrentar a las fuerzas de Gamarra y Abeleira.

Con admirable entereza y vocación de libertad, estaba convencido de que un día no muy lejano llegaría la sagrada liberación para los habitantes de estas tierras y así fue. Llegó a Viacha la comitiva con el valeroso guerrillero hecho prisionero y Pezuela dispuso inmediatamente que sea conducido al Cusco para su juzgamiento. El 7 de mayo de 1816 Muñecas fue llevado hacia Desaguadero y en el sitio llamado Antacagua fue cobardemente asesinado por la espalda por el capitán del Solar el 8 de mayo.

Su cadáver fue llevado hasta el interior de la Iglesia de Guaqui, donde le dio cristiana sepultura el Presbítero Pedro Portugal. De esta manera, según relata el Dr. Alipio Valencia Vega, castigaron los españoles con el más alevoso asesinato, la insurgencia del Presbítero Ildefonso de las Muñecas, cuya memoria ha quedado grabada en nuestras mentes en forma inmarcesible y perdurará en la memoria de las futuras generaciones.

Con esta nota quiero recordar a todos los habitantes de esta querida provincia, actualizar y socializar la historia de este ilustre personaje, transmitiendo a las nuevas generaciones la descollante actuación libertaria de un hombre que vino desde la Argentina para entregarse a la causa de nuestra liberación, ofrendando su vida, como un ejemplo de justicia, igualdad, libertad y valentía. Honor, gratitud y reconocimiento al valeroso héroe, Presbítero Dr. Ildefonso Escolástico de las Muñecas y Alurralde.

El autor es abogado y ex docente

universitario.