Bolívar

Con poco, mucho

Bolívar remontó a Wilstermann, ganando ayer un clásico nacional insípido de principio a fin. Una victoria celeste que sirvió para constatar una realidad que muchos presumíamos ya como cierta. Pues, ni el cambio de sistema de juego, sirvió de algo para que el funcionamiento futbolístico celeste dejase de sembrar dudas en sus simpatizantes.


El esperado cotejo Bolívar-Wilstarmann, de la tercera jornada del torneo Clausura de la Liga, no quedará en la retina de ningún aficionado, ni marcará el inicio de algo nuevo en nuestro fútbol. Lo que se vimos la tarde de ayer en el Siles, será difícil de retener en la memoria, pues el juego de ambos planteles no supieron reconocer sus oficios y ambiciones.

Soria formó a los suyos con un 4-4-2, con Eguino, Cabrera como zagueros, Yecerotte y Álvarez los laterales. En el medio centro estaban Flores y Miranda. Callejón (derecha) y Cardozo (izquierda), como volantes creativos. Ferrerira y Pedriel en el ataque. Disposición táctica que no ocultó los errores de pasadas presentaciones: un cuadro celeste desequilibrado, inestable en el mediocampo, frágil en defensa y previsible en los contragolpes.

Bolívar salió con poca lucidez y pulcritud para hilvanar jugadas que trajeran peligro al onceno rival. Es por eso, a raíz de la pasividad mostrada, se vino el primer gol wilstermanista, que desnudó por completo las deficiencias de la zaga celeste, que cada fecha que transcurre, vienen acumulando deméritos y una escasez de un dibujo táctico que pudiera ocultar los defectos, porque el inconveniente no radica en el sistema, sino en quienes lo practican. Augusto Andaveris se encargó de demostrarlo al asistir libremente a Juan Quero, en medio de una defensa desconcertada, para que el español maque el primer tanto del partido. Los de Tembladerani habían demostrado su debilidades defensivas y el poco criterio a la hora de salir fondo con futbol colectivo. Sin embargo, las aguas revueltas se calmaron con una jugada entre Yecerotte y Callejón, este último salió lesionado. El naturalizado boliviano lanzó un pase preciso en profundidad, para que el español finalizase la jugada con holgura. El empate significó mucho premio para un equipo local que no tuvo la intensidad y ni la ductilidad para merecerla.

Después del empate, fue complicado apuntar algo sobresaliente de un partido donde ambos equipos perdieron el horizonte. En el segundo acto, los planteles de Bolívar y Wilstermann fueron la viva representación de la incapacidad y el conformismo. Los celestes no tuvieron coherencia para atacar, y los rojos, cada minuto que pasaba, sumaban hombres en defensa dejando aislados a los referentes en punta.

El gol de la victoria celeste, llegó por inercia y por mezquindad del rival. Después de que Pedriel dejara el campo de juego tras una magra presentación, por Miguel Suaréz, Ferreira retornó a su posición habitual, y en el minuto 78’, recibió un balón en la media luna para definir con pierna izquierda al palo derecho del portero Cartagena. Tanto que sentenció el partido, aunque un ejemplo de la ineficacia celeste, se dio en los minutos suplementarios, cuando los bolivaristas encararon una contra que dejó delantero celestes contra un defensor escarlata; pero estos no supieron finalizar correctamente contando con todos los ingrediente para marcar.

Soria creyó que regresar al antiguo sistema, impuesto por el español Portugal, taparía los agujeros que se producen en todas las líneas. No fue así. Porque más allá de cualquier dibujo o esquema que se plantea, lo principal en el fútbol, es que el adiestrador tenga precisada la idea futbolística, las características de los jugadores y las circunstancias que marcan un partido. Los dibujos tácticos poseen tendencias ofensivas y defensivas por sí mismos. Lo que realmente interviene para que estos destaquen, es la intención con que se juegue y el desempeño de cada uno de los futbolistas. Se acerca la Copa Libertadores, y nadie se atrevería a vaticinar un buen debut en la Copa. Soria tiene muy poco tiempo y mucho trabajo (Ojo, que Vladimir fue ayudante del español y el argentino Hoyos. Lo cual presume que debe conocer todo lo que ocurre y lo que pueden dar los integrantes de la plantilla). Ahora se viene The Strongest, la gran prueba antes de afrontar el certamen internacional.

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