Claudia Méndez Sanabria
La tradicional Feria de Alasita, que era patrimonio exclusivo de La Paz desde tiempos lejanos, tiene una especie de sucursales en la ciudad de El Alto, en Santa Cruz, Cochabamba, Argentina y Brasil; complace, pero da paso a la venta de toda clase de mercadería extranjera. Los visitantes manifiestan que la feria aymara ya no es la misma de años atrás, ha perdido tradición y costumbres ancestrales, los cinco mil comerciantes han desfigurado la Alasita y al diosecillo de la fortuna, el Ekeko, además ya nada tiene de indígena ni ofrece las tradicionales miniaturas que eran atrayentes, ya no se muestra el valor creativo y tradicional.
La mayoría de los puestos expende casitas de madera de tres pisos con verjas y chimeneas, lo que nada tiene que ver con las construcciones populares de tipo originario, de paja y adobes, contradiciendo las características propias de la feria y el diosecillo indígena de la abundancia.
Antes el arte popular daba lugar a una verdadera competencia de ingenio y habilidad de los artesanos, que se inspiraban realizando minúsculas obras de arte en platería, orfebrería, yeso, hojalata y cerámica, aun así, la exposición de miniaturas merece todo comentario. La Feria de Alasita, que en aymara quiere decir “cómprame”, y la fiesta del Ekeko se las ha desfigurado, lastimosamente por la enorme invasión de productos de plástico; juguetería, muñecas, peluches, autos, ropa y otros de procedencia china.
Circulan varios periodiquitos, el que saca roncha e invita a la risa y las carcajadas por su contenido de fino humor y comentarios es EL DIARIO, que causa hilaridad, sin groserías, ya que “el humorismo es el aspecto jovial de la verdad”.
El expendio de comidas debe merecer cuidado, pues en muchos puestos falta higiene, hay lodo, basurales, además que la inexistencia de mingitorios es influyente.
Esta feria seguramente se extenderá por cuatro semanas y empalmará con las fiestas de Carnaval, ante la queja de todos los años, en sentido de que poco han vendido y las autoridades edilicias, en este período electoral, aceptarán la ampliación, sin advertir la molestia de transeúntes y la interrupción del tránsito de vehículos, por lo que insinúan su traslado a otro lugar en el próximo año, puede ser al Coliseo Cerrado, la ex fábrica Said y que expongan, a manera de rescatar las tradiciones paceñas añejas, miniaturas de arte y se devuelva a la fiesta de Alasita su antigua magia y su leyenda originaria, fuera de semejanzas a una gran recova que atente contra el ornato y embellecimiento de “La Paz líder”.
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