Somos maestros del chanchullo

Ayer le pregunté a mi pariente espiritual si alguna vez había hecho chanchullo en su vida, respondiendo la cholita cochabambina con una sonora carcajada, diciéndome a continuación que había hecho chanchullos desde el primero de primaria para pasar al segundo, pues había escondido las respuestas del examen entre los pliegues de sus pequeñas polleras, pasando de curso con calificaciones de sobresaliente, sistema que continuó practicando durante toda su vida escolar y colegial.

A continuación me hizo la misma interrogante, con sinceridad que yo también hice lo mismo graduándome de bachiller con las mejores calificaciones, gracias a ingeniosos chanchullos que escondía entre mis piernas.

Este mutuo sinceramiento lo hicimos a raíz de habernos enterado, por informaciones de prensa, que un calificado profesional perteneciente a la Flacso había denunciado que las elecciones bolivianas que se realizarán en octubre ya estaban ganadas por abrumadora mayoría por la fórmula oficialista, debido a un chanchullo realizado en la inscripción fraudulenta de millones de ciudadanos bolivianos.

Mi comadritay me preguntó qué era la Flacso, respondiéndole que se trataba de una organización de sociólogos y filósofos de nuestro continente que observaba y aconsejaba sobre nuestro desenvolvimiento en materia social y política; estos personajes ya saben que en Bolivia el chanchullo ya está hecho.

Al confirmarse el Gran Chanchullo, dos viejos chanchulleros como Macacha y yo no pudimos menos que reírnos nuevamente y congraciarnos de ser expertos chanchulleros, aunque lamentamos que nuestros gobernantes no fueran tan sinceros como nosotros y continúen con su afán de presentarse ante el mundo, ante la G-77 más China y otros amigos, para realizar en octubre unas elecciones libres y democráticas, sin asomo de chanchullo alguno, cuando el Gran Chanchullo ya ha sido perpetrado por expertos políticos y comediantes estupendos que seguirán representando una farsa gigantesca y cruel, además de costosa.

Mi comadritay chanchullera y este periodista que a base de chanchullos logró hasta recibir el Premio Nacional de Periodismo hace bastantes años, preferimos celebrar nuestro ejercicio de chanchulleros en vez de amargarnos ante la opinión de la Flacso sobre el Gran Chanchullo, mediante el cual será elegido otra vez nuestro admirado presidente vitalicio Evo Morales, el único que niega haber hecho chanchullos en toda su vida política, al igual que Fidel Castro y el comandante Chávez que murió sin hacer un chanchullo en toda su vida.

La chanchullera de Quillacollo (Cochabamba) y su más fiel protegido chanchullero en cuestiones de amor y de dinero nos abrazamos y nos pusimos a bailar en vez de amargarnos al saber que las próximas elecciones de octubre ya son el Gran Chanchullo. ¡Viva nuestro país de chanchulleros! ¡Viva la chanchullera Macacha! ¡Viva el chanchullero Paulovich, quien ahora va pregonando que su verdadero nombre es Paulino Huanca!