Siguen los bonos de Evo

Entre las noticias más conmovedoras que humanizaron más aún la campaña electoral del presidente Evo está -sin duda alguna- el bono que recibirán los mejores alumnos que concluyen el bachillerato en los colegios del país.

Al darme a conocer esta conmovedora noticia, mi pariente espiritual lanzó una sonora carcajada, pues un par de días antes nos revelamos mutuamente que ella y yo habíamos sido chanchulleros durante toda nuestra vida estudiantil y que gracias a nuestra picardía egresamos de bachilleres con las más sobresalientes calificaciones y podríamos cobrar el bono si hubiéramos tenido 18 años.

Con la gracia que tienen las cholitas cochabambinas nacidas en Quillacollo, díjome Macacha: “Este bono decretado por el candidato Evo podríamos llamarlo “Bono a los Chanchulleros”, porque estoy segura de que la mayoría de los próximos bachilleres se valen del chanchullo para obtener las calificaciones óptimas, igual que nosotros...”.

Ese diálogo risueño y simplón vino a cuenta de la denuncia lanzada por un sobresaliente miembro de la FLACSO acerca de la inscripción fraudulenta de ciudadanos bolivianos en los registros electorales, lo cual asegura el triunfo mayoritario y anticipado de la fórmula oficialista Evo-Alvarito y que inmediatamente fue calificado por mi comadritay Macacha como el Gran Chanchullo.

Con la seriedad periodística que me caracteriza, vuelvo a insinuar a nuestras autoridades electorales que no se sientan ofendidas al ser calificadas de chanchulleras, pues está demostrado que en nuestro país todos los mejores alumnos de escuelas y colegios utilizamos siempre un hábil y pícaro chanchullo para obtener los mejores resultados en nuestros exámenes escritos y también orales.

Mi comadre, natural de Quillacollo e inteligente como la mayoría de los cochabambinos, reconoció la “viveza criolla” de nuestro Presidente vitalicio y trató de hacerme comprender que al ser denunciado internacionalmente el chanchullo en las próximas elecciones, de nada vale desmentirlo y que lo mejor es premiar a todos los chanchulleros, comenzando por los más sobresalientes, o sea los jóvenes que egresarán como bachilleres en este año electoral, cuando muchos de ellos votarán por vez primera.

Como soy lerdo de entendederas, recién entonces alcancé a vislumbrar la claridad de pensamiento y los alcances de su mentalidad privilegiada.

Me acerqué a la cholita y le comenté humildemente la demora en captar sus alcances intelegentérrimos, pues recién después de dos horas de bailar con ella pude darme cuenta de que el chanchullo electoral se verá de menor dimensión si el Estado Plurinacional, Multicolor y Folklórico instituye un bono anual para los mejores alumnos del bachillerato, o sea a los mejores chanchulleros de cada Promoción. El Gran Chanchullo desaparecerá un poco ante la felicidad de los chanchulleros, como en un tiempo fueron Macacha y su protector económico.