Sobre respeto, dinero y poder

El respeto es una virtud muy importante para la convivencia del ser humano. Mostrar respeto al semejante es una facultad encomiable, al margen de cualquier interés material. Muchos estudiosos han demostrado que el respeto comienza en el propio yo (la autoestima nace en la cuna), antes de ser expresada hacia el prójimo y, finalmente, extenderse de manera global. Para los creyentes, el respeto se convierte en una reverencia hacia lo divino.

El respeto como reconocimiento o aprecio del valor o mérito de alguien está estrechamente ligado al concepto de dignidad del ser humano y es tan importante que fue incluido en las mejores Constituciones Políticas y también en la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU.

La Constitución Política del Estado Plurinacional, en el Capítulo Segundo, “De los Derechos, Principios y Valores”, en diferentes artículos menciona los principios éticos y morales del “respeto” a la dignidad, libertad, soberanía y autonomía de las instituciones que conforman el Estado en todas sus instancias. Pide velar por el bienestar común de ciudadanos, naciones, pueblos y comunidades. De igual manera se refiere al respeto y cumplimiento de tratados con la comunidad internacional.

Por otra parte, el dinero mueve al mundo, y toda moral personal, sana y acertada, debe tener en cuenta esta situación.

El poder político implica autoridad, dominio, mando, jurisdicción, facultad de hacer una o varias cosas con fines nobles, en beneficio de la sociedad.

Con tales argumentos, a mi manera enfocaré las actitudes adoptadas por ciudadanos y gobernantes en relación con “respeto, poder y dinero”, basándome en hechos ocurridos. Planteo los siguientes acontecimientos y cuestionamientos:

La historia relata que los líderes en general, antes de ser candidatos a un cargo importante, deben tener suficiente dinero, que lo utilizan para convencer y movilizar a sus seguidores. Entonces, ¿cuál es la autoestima de algunos políticos para nominar a diferentes personajes como candidatos a la Presidencia de la República, sin tomar en cuenta los méritos que demanda el cargo? ¿El respeto no es al candidato, sino al dinero que tiene?

Se sabe que el ex Presidente de Venezuela, por su carácter jacobino y narcisista, ha regalado a medio mundo los llamados petrodólares, enviando parte de ese dinero a Bolivia. En consecuencia, ¿con qué dignidad y respeto al pueblo, autoridades aceptaron tanto dinero, para luego invertirlo a su albedrío? ¿Cómo puede un Presidente expresar que respeta a su pueblo, pero pretende convertirlo en socialista? ¿Qué clase de respeto sienten los gobernantes hacia sus similares que conforman el grupo de socialistas Siglo XXI?

Suponiendo que los actos del Gobierno están enmarcados en lo legítimo y legal, ¿por qué hay irrespeto a derechos humanos, asesinatos y juicios políticos en distintas regiones del país? ¿Por qué ciertos funcionarios corruptos e ineptos son premiados con cargos jerárquicos? ¿Qué respeto pueden merecer varios miembros del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional, a sabiendas de que fueron electos en forma amañada, tienen compromisos políticos, y no son dignos de sus cargos? ¿Qué de respetable tienen algunas autoridades que manejan las finanzas y no combaten rigurosamente la corrupción de funcionarios de gobierno? ¿Por qué derrochan dinero y se afanan en divulgar una revolución ficticia mediante la mentira institucionalizada? ¿Por qué muestran solidaridad sólo en caso de desastres naturales y no naturales?, eso se llama hacer campaña política con la desgracia del pueblo, porque están dando limosna que no les cuesta. ¿Mentir al pueblo es respetarlo?

Si los comentarios internos y externos sobre corrupción, extorsión y narcotráfico fuesen verdades, quedaría demostrado que el poder corrompe y se confirmaría un flagrante irrespeto a los pueblos.

También se puede comprobar que asesores nacionales y foráneos del gobierno no respetan a nuestro pueblo, en consecuencia, ¿qué los motiva, por ejemplo, a estimular la lectura deficiente en mensajes presidenciales de cifras numéricas? ¿Los colaboradores del gobierno tienen respeto por los habitantes de la ciudad de la Paz, si cuando les conviene contratan a indígenas y campesinos para que después de marchas transformen la Plaza Murillo y otros escenarios en pistas de baile, dormitorios y mingitorios públicos?

Pero el poder, el dinero y los lujos son efímeros, en cambio el respeto por uno mismo tiene enorme trascendencia, ya que permite que el ser humano evolucione y sea parte de un todo generoso.

El autor es docente universitario.

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