La música de Tchaikovsky y la milenaria historia de Rusia pusieron ayer ritmo y color a la inauguración de la edición 22 de los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi 2014. Un total de 2,850 atletas competirán hasta el próximo domingo
La justa invernal dejó a un lado por unas horas la polémica que giró en torno a su organización en los últimos meses, con espectáculos aéreos y de luces, previo al encendido del fuego olímpico.
En la mirada de una niña, Rusia resumió para el mundo su riqueza cultural a través de la música, la literatura y la danza. Bailarines del teatro Bolshoi se encargaron de escenificar el clásico de Leon Tolstoi, La Guerra y la Paz, mientras El Lago de los Cisnes de Tchaikovsky también se hizo presente.