Berlín, (EFE).- El zoo de Copenhague sacrificó ayer a una jirafa de dos años alegando que tenía que evitar futuros problemas de consanguinidad, pese a una intensa campaña pública en internet para salvar su vida y a la propuesta de alternativas.
La dirección de la institución ha defendido que Marius, de dos años, debía ser sacrificada porque el objetivo del zoo es asegurarse que los mejores genes pasan a las generaciones venideras, preservándose así a largo plazo la supervivencia de las especies que acogen.