“Para restaurar la paz en el hogar: Deje de discutir y de dar la contra”

Muchos de los problemas y discusiones del hogar podrían evitarse si aprendiéramos una conducta comunicativa positiva y práctica que consiste en concordar y reconducir.

Benjamín Franklin utilizaba un recurso parecido llamado “marco de transigencia” que consistía en hacer afirmaciones de formas muy discretas y afirmando siempre que se trataba de un parecer y no de una afirmación tajante.

Muchos problemas y discusiones en la familia provienen del hecho de hacer afirmaciones “tajantes” como si se tuviera certeza de las mismas y como si las imaginaciones no comprobadas fueran realidades; son muchas las personas que dicen modelos parecidos para acusar con suposiciones: “Me quería pegar”, “Quería causarme daño” y yo me pregunto, ¿Cómo supo que quería pegarle? ¿Cómo supo que quería causarle daño?

Cuando aprendemos a leer la fisiología de las personas aprendemos a desmantelar los intentos de manipulación comunicativa para hacernos sentir culpa o negatividad; lograr estados de paz comunicativa debe ser una de las metas más deseadas en el seno del hogar pues las comunicaciones de pareja y las comunicaciones con los hijos son de vital importancia pues las primeras nos proporcionan la posibilidad y la oportunidad de compartir con nuestra pareja los momentos presentes y los logros y satisfacciones conseguidas y con las comunicaciones con los hijos, conseguimos la oportunidad de disfrutarlos, de instruirlos y de compartir con ellos el tiempo que tengan que estar con los papás.

Cuando las comunicaciones están interrumpidas y en estado negativo, toda comunicación es potencialmente una pelea pues nada bueno puede salir de la boca de una persona negativa o de una persona mentirosa, independientemente de las veces que vaya repitiendo su mentira e independientemente de que la persona siga repitiendo su mentira con la intención de que llegue a ser o parecer una verdad; los efectos a la larga, serán definitivamente adversos y es por eso que en el hogar se debe comunicar si uno quiere mantenerlo vivo y en vigencia, siempre con la verdad pues como bien sabemos, las mentiras tienen patas cortas aunque las disfracemos con los mejores colores y las mejores sugestiones.

Un muchacho que dejó de ir a su universidad por dos años y seguía haciendo pagar a sus papás pensiones y otros gastos fue descubierto cuando su papá se “calentó” y fue a preguntar por la situación de su hijo y ahí descubrió que no había acabado ni su primer semestre; las discusiones entre papá y mamá que siempre se daban la contra no les permitió darse cuenta del engaño que les había estado haciendo su hijo y es por eso que tenemos que aprender a dejar de molestarnos unos a otros con las palabras en el mundo de la familia y utilizar la comunicación para compartir información real y no información de baja calidad o chismes como se les denomina y de esa manera, las comunicaciones sinceras y veraces podrán contribuir a crear una buena familia, nos vemos en el artículo de mañana.

Palabras del autor: “Sus sensaciones corporales le avisan si está escuchando una mentira”.

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Los problemas sólo se resuelven cuando se los afronta con seguridad.