WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- Cuando los machos de rana túngara, que se encuentra en México, América Central, Colombia, Venezuela y Trinidad y Tobago, llaman a las hembras causan ondas en el agua que atraen a los murciélagos predadores, según un estudio que publica hoy la revista Science.
Este tipo de ranas, que los científicos conocen como Physalemjus pustulosus, causan un sonido parecido a túngara cuya vibración genera ondas en los estanques que los otros machos usan para evaluar el nivel de competencia en la zona.
Las hembras son atraídas en gran número a los estanques de donde proceden las llamadas, pero las ondulaciones en el agua también alertan al Trachops cirrhosus, una especie de murciélago que come ranas y es el principal predador de esos anfibios.
El estudio lo llevaron a cabo el Instituto Smithsonian de Investigación Tropical, la Universidad de Leiden (Holanda), la Universidad de Texas en Austin, y la Universidad Salisbury en Maryland.
“Puede compararse con la lectura de los labios”, escribió Wouter Halfwork, de Leiden. “Si bien el sonido es el componente más obvio en la comunicación de las ranas, la llamada causa ondas que alteran el comportamiento de los otros machos competidores que las sienten”.
“Los murciélagos también perciben las ondulaciones y usan su sentido de localización por el sonido”, añadió. “Esto muestra que los costos asociados con la comunicación pueden imponerse a través de un dominio sensorial fundamen-talmente distinto de las receptoras que busca el macho con su llamada”.
Según el artículo, los machos competidores incrementaron en más del doble el ritmo de sus croares cuando percibieron ondulaciones en el agua y sonidos en comparación con los que percibieron solo el sonido.
Estos machos cesaron sus llamadas cuando estaban dentro de una zona de unos 7,5 centímetros de diámetro defendida por uno de los rivales, lo cual indica que las ondulaciones se emplean para interacciones competitivas.
Los machos no reaccionaron cuando sintieron solo ondulaciones, y esto muestra que los mensajes que se derivan de las ondas en el agua deben ser integra-dos con el sonido para causar una respuesta apropiada.
Por su parte, los murciélagos mostraron una preferencia en el ataque contra los modelos en los que había llamada sono-ra y ondulaciones, más que aquellos en los cuales solo había llamada.
Los investigadores relatan que agrega-ron hojas marchitas en el agua para simular las condiciones en algunos es-tanques naturales y, así, los murciélagos no mostraron preferencia alguna, presu-miblemente porque las claves eco acús-ticas estaban alteradas por los residuos y los murciélagos tenían más dificultades para detectarlas.
Otro descubrimiento de esta investiga-ción es que las ranas macho no pueden detener de inmediato las ondulaciones causadas por sus llamadas cuando se aproxima el predador.
“Cuando el murciélago sobrevuela, la primera defensa de la rana es cesar sus llamadas”, escribió Rachel Page, del Ins-tituto Smithsonian.
“Pero las ondulaciones en el agua siguen expandiéndose durante algunos segundos y dejan círculos que señalan en el centro el blanco para el murciéla-go”, agregó.
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