La UMSA al servicio de la Patria y los intereses paceños

La Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), que hace 183 años fuera fundada por Juan José Asín, sacerdote de alta capacidad intelectual y doctorado en la Real y Pontificia Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, ha resultado piedra angular de la formación académica de cientos de destacados profesionales que, de una u otra manera, han contribuido a la existencia de una Bolivia en busca de su luminoso destino.

La UMSA ha sido calificada como el mejor centro de investigación del país, alcanzando el 62%. El Consejo Superior de Investigación Científica de España la ubicó en el primer lugar entre las universidades públicas y privadas de Bolivia, lo que se hizo público en la Página “Ranking Web of World Universities”.

En su trayectoria se ha perfilado la capacidad de crear, adaptar y enriquecer la ciencia, la tecnología universal para el desarrollo sostenible; los estudios humanísticos se los ha difundido para apoyar los procesos sociales, intelectuales y culturales; los DDHH y las libertades de información y de pensamiento se han constituido como sustento de la democracia.

Como respecto al Co-Gobierno Docente-Estudiantil, el Consejo Universitario ha conformado comisiones para orientar de mejor manera el funcionamiento facultativo y el uso correcto de recursos financieros.

No es culpa del Alma Mater de San Andrés que los gobiernos de turno no hayan aprovechado la capacidad de sus talentos humanos para transformar las riquezas de nuestro extenso territorio. En sus bibliotecas sectoriales se guarda valiosas propuestas de sus catedráticos, tesis de grado, monografías, libros y otros documentos que podrían ser útiles para llevar a la práctica emprendimientos productivos diversificados.

Foros, debates y ferias son permanente motivación para captar y expandir los modernos desafíos de la ciencia, la tecnología y las formas del vivir bien en un equitativo equilibrio de intereses colectivos. Sus laboratorios de investigación, además de ser claves para la formación de su capital humano, están abiertos a los requerimientos del Estado y la actividad privada a fin de contribuir al crecimiento de las estructuras productivas que pudieran ser necesarias para el desarrollo nacional, departamental y municipal.

Con indiferencia ante todo este bagaje de aportes, de una y otra manera se ha pretendido intervenir y controlar políticamente sus actividades, ignorando deliberadamente el principio y el alto significado de la Autonomía Universitaria, conquistada en largas y duras jornadas de lucha desde 1928, cuando se dictó el Estatuto de Educación de 53 artículos, uno de los cuales establecía ese precepto y que se halla ratificado con claridad meridiana en el Art. 92 de la Constitución Política del Estado Plurinacional.

Por el contrario, al Gobierno le correspondería atender con mayores recursos de inversión y funcionamiento las necesidades del Sistema de la Universidad Boliviana para concertar con él, no forzada adhesión política, sino pasantías de sus núcleos profesionales y el concurso de sus instalaciones de investigación con objeto de planificar metodológicamente la formación de emprendimientos productivos con valor agregado y no estar pendientes de los ingresos económicos de la minería y los hidrocarburos como práctica colonialista.

En lo que toca a los intereses del departamento de La Paz, la UMSA ha ofrecido a la Gobernación y a los municipios todo su apoyo para elaborar proyectos, planes y programas adecuados a las características medioambientales de las sub-regiones y la potencialidad de sus suelos. Varios de ellos se encuentran en ejecución.

Desde siempre, la UMSA ha estado abierta al pluralismo de ideas y credos religiosos. Sus aulas son ajenas al racismo y la discriminación. Las libertades ciudadanas son pilares constitutivos de su capacidad contestataria. Su compromiso con el pueblo es la vigencia de la democracia contra todo poder autocrático que quisiera anteponer sus intereses a los superiores intereses de construir una Bolivia con paz, estudio, concertación, trabajo y crecimiento.

Producto de esa convicción democrática que transita por los claustros universitarios de San Andrés, es la presencia de un nuevo Rector en la UMSA, que estuvo presente en la Defensoría del Pueblo, es inclaudicable activista de los DDHH y seguramente será prenda de garantía para que se respete la Autonomía Universitaria y se alcance mayores excelencias académicas de las que tiene, como públicamente lo ha prometido.