El origen indígena de Evo

Una agencia de noticias difundió el afán presidencial de investigar los orígenes de sus antecesores, lo cual motivó la misma inquietud en mi pariente espiritual nacida en Quillacollo (Cochabamba), comunicándome orgullosamente que descendía directamente de una de las Heroínas de la Coronilla, atribuyendo a tal hecho su carácter bravío e indomable y del cual soy un testigo fiel en la actualidad.

Establecido ese origen bravío, quiso conocer algo de mis ancestros y sólo pude dar datos sobre mi nombre literario de Paulovich, que viene de Rusia, pues un tal Paulovich estuvo entre los conjurados que mataron a Rasputín, el monje demoniaco que vivió en la época del último de los zares y al que hubo que matar, hazaña muy difícil. Ese mi origen familiar enorgulleció a la cholita que hoy me protege y que dijo: “todos tenemos un Rasputín dentro del cuerpo y hay que matarlo”.

Al hablar de ancestros, la cholita cochabambina pasó a comentar el legítimo deseo de nuestro presidente indígena Evo Morales, de quien se dice que es el primer presidente indígena de América, lo cual históricamente no es verdad, porque el primero fue el mexicano Benito Juárez, y nuestro Presidente vitalicio sería el segundo, lo cual no le quita méritos, aunque hoy se sienta incomodado de su apellido Morales, que es, indudablemente, de origen español, lo cual le causa fastidio porque él sabe que pertenece a uno de los ayllus correspondientes a los kakachacas, establecidos inmemorialmente en ese ayllu situado entre Oruro y Potosí, en luchas inmemoriales entre los laimes, jucumanis y los mencionados kakachacas.

Macacha me dijo: “compadrituy, usted que es uno de los periodistas más viejos que viven de su pluma, ¿se acuerda de las feroces luchas que siempre libraron entre los laimes, kakachacas y jucumanis?”. Sin confesar los años que tengo, confirmé aquellas luchas sempiternas, diciendo a mi comadritay que me sentía feliz al saber que Evo pertenece al ayllu de los kakachacas y que su apellido verdadero podría ser Katari o algo parecido.

Sin embargo, la cholita cochabambina que es pícara y maliciosa me dijo en la oreja que le guardara el secreto que ella sospechaba que si Evo consigue cambiarse de apellido, nos diría a los bolivianos y al mundo que sus anteriores presidencias desempeñadas bajo el apellido de un tal Morales ya no valían y que ahora nos gobernaría con su ancestral apellido originado en su ayllu de los kakachacas.

Como yo no soy baúl de nadie para guardar secretos ajenos, los cuento a todos, por si acaso, porque la picardía criolla no tiene límites.

Macacha me dijo: “compadrituy, yo no le creo a Evo ni lo que reza”.