Irreconocible

La paciencia del aficionado celeste con Vladimir Soria ha llegado a su límite. Las expresiones y quejas de los mismos, después del resultado final registrado en el estadio Hernando Siles, personalizó a la perfección la frustración de quienes asisten esperanzados en poder ver ganar a su club en el escenario deportivo que hasta ayer era una fortaleza. Sin embargo, sucedió lo inesperado. Esas sensaciones de angustia, miedos y temores que han surgido en anteriores presentaciones, han dejado el plano imaginario para plasmarse en una realidad que el simpatizante no pudo contener más tras la derrota de ayer.

Las precedentes victorias en el Siles, ante Nacional Potosí (2-1) y Wilstermann (2-1), levantaron una densa cortina de humo; pero la derrota ante Universitario (3-1) y el empate ante The Strongest (3-3), había puesto de manifiesto que el cuadro de Tembladerani no tiene un norte. Es un equipo desvelado e insustancial. Sin variantes ante las ausencias de algunos y sin identidad o “filosofía” de juego. Para colmo de males, ni el propio estratega (Soria) no termina de vislumbrar cuál es el dibujo táctico o qué es lo que busca. Si la “filosofía” del anterior entrenador (Miguel Ángel Portugal) era el individualismo, hoy por hoy, no queda ninguno vestigios de este recurso y no se apela a ningún otro argumento futbolístico.

El cuadro orureño no desistió con su acertado planteamiento, dispuesto por su preparador Julio César Baldivieso. Orden y disciplina defensiva, fue la premisa del estratega. Para luego, brindar protagonismo a Marcelo Gomes y Carlos Neumann. Ambos fueron bastiones esenciales para el triunfo. El delantero paraguayo, que es amo y señor del área rival, tras la salida de Carlos Saucedo al fútbol del exterior, desgastó por completo la línea de tres defensores celestes, moviéndose por todo el frente de ataque y pivoteando innumerables pelotazos. Mientras que el brasileño, fue el motor en ofensiva marcado la pausa y guiando los contragolpes.

En cambio, los de Tembladerani salieron aturdidos de ideas e imprecisos en las salidas. Despegados del balón, sin su termómetro llamado Walter Flores, ni su talento Rudy Cardozo, no dieron señales de juego colectivo y menos individualismo. Juan Miguel Callejón, Juan Carlos Arce (que retornó tras superar su lesión), Jaime Arrascaita y William Ferreira estuvieron desconectados y nada arrepentidos al final del partido. El uruguayo, quien fue un dolor de cabeza en Copa Libertadores, tras desperdiciar tres claras chances de gol, repitió vicios, volviendo a demostrar que no puede manejar la presión. Marró un penal en el inicio del segundo tiempo, ocasión inmejorable que pudo cambiar el curso del partido, pues el rival se había quedado en inferioridad, tras la expulsión de Ariel Juárez.

Pero, tras la desventaja numérica, el ‘santo’ no se vio invadido y continuó con la convicción de llevarse un resultado positivo de La Paz. Sabían que si aguantaban, los minutos jugarían a su favor y que alguna contra podría propiciar una oportunidad para rentabilizar lo planificado. El mérito de dicha estrategia, se vio reflejado cuando el juego se equiparó, luego que Gerardo Yecerotte viera la segunda amarilla. Gerardo, al igual que Edemir Rodríguez, están lejos de ser aquellos laterales de ida y vuelta que necesita el club celeste. Esto se vio reflejado en el único tanto del partido, pues Ronald Segovía dejó en ridículo a Edemir para penetrar en el área y asistir a un solitario Neumann que silenció las graderías del Siles.

De ahí para adelante, solo se acrecentó el mar de dudas de un cuadro paceño que nunca tuvo argumentos tangibles para igualar el cotejo. Ante San José, los de Soria, sólo han encontrado castigo a su incompetencia y han colmado la paciencia de sus simpatizantes. Falta saber si el equipo se podrá recuperarse anímicamente para el cotejo de carácter internacional. Si no lo hace, se vendrán vientos de cambio donde podrían rodar cabezas.