La supremacía orgánica del Judicial

Todo resulta una cuestión de organización. El presidente del Tribunal Supremo de la Nación, Dr. Jorge von Borries, ha dado un buen toque de alerta con referencia a la realidad del Órgano Judicial. Veamos en qué consiste aquel toque de dignidad.

LOS ELEMENTOS QUE SE DAN

Con motivo de la reunión del Consejo Judicial en Sucre, en fecha 5 de febrero de 2014, las autoridades judiciales ya decían, “haberse reunido sin intromisiones del Órgano Ejecutivo ni del Legislativo”. Aún más, en el ligero atisbo del que doy cuenta, sostienen que “precisamente por la independencia y la igualdad jerárquica entre las estructuras orgánicas del Estado no se presta informe ni al Ejecutivo ni al Legislativo, sino al pueblo”. Sin embargo, la ministra de Justicia Elizabeth Gutiérrez dice haber logrado un acuerdo con el Consejo de la Magistratura para que hasta finales de año la judicatura “cambie de imagen”. Cosa que no gustó al patrón de la judicatura nacional, Dr. Jorge von Borries, dado que resulta evidente que él es el representante capaz de defender la plena autonomía funcional del Poder Judicial.

EL PRIMER PASO NECESARIO

Así planteada la realidad actual del Órgano Judicial -por lo menos-, se respira buenos aires de dignidad dentro del Órgano Judicial. Y para tocar la buena puerta, sin necesidad de “presupuestos” y para trabajar con lo que se tiene, qué lindo sería que el presidente Jorge von Borries implantara en todas los Tribunales Departamentales las Salas Comunes de Procesamiento, para que los jueces se ubiquen simplemente en su misión de dictar resoluciones, en expedientes o carpetas procesales bien organizados, por secretarios, actuarios, amanuenses al mando de un Director.

Con ello sí, la gestión del magistrado von Borries tendría eficacia y la autoridad necesaria sobre toda la Administración de Justicia, que por hoy reclama, acertadamente.