Se vislumbra tragedia ganadera en amazonia

El diputado de Convergencia Nacional (CN), Osney Martínez, manifestó su preocupación por las 48 mil cabezas de ganado muertas tras los desbordes de ríos e inundaciones que afectan principalmente a Beni y Pando. Las pérdidas serían millonarias y se espera que el Gobierno pueda tomar acciones antes que la situación con el ganado empeore, tomando en cuenta que son 60 mil cabezas bobinas que aún peligran.

Según datos de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) las asociadas de Beni y Pando han reportado la muerte de 48 mil reses por los efectos climáticos de enero y febrero, cuyo monto junto a infraestructura menor de la cadena productiva ganadera asciende a los 35 millones de dólares y aún 2 millones de estos animales están con problemas y riesgo de fallecer.

Martínez, quien además es productor ganadero, explicó en detalle que estos efectos de lluvias son cíclicos, entrando a la zona cada cinco años, pero esta vez hubo un rebalse y desproporción nunca vistos, hecho que sólo significa el inicio de esta debacle en el sector, pues en los siguientes meses se verán mayores efectos.

“Lo advertimos hace tres meses, cuando dijimos que el problema no iba a ser la lluvia, sino cuando se produce la bajada que confluye en el río Beni, en el río Mamoré y hacia Yucumo se notan los efectos para la ganadería. Deben ser unas 50 mil cabezas de ganado afectadas por esta crecida excepcional, pero en tres meses seguirán muriendo porque viene la época de sequía y las autoridades deberían tomar las previsiones respectivas”, dijo.

El legislador beniano también describió el sufrimiento del ganado, pues en estas condiciones no hay pastizales y al secarse la tierra se vuelve lodo que no puede alimentar a las vacas y becerros. Al no tener alimento, se produce un efecto de desnutrición añadido a un acalambramiento que termina en la muerte del ganado.

CIFRAS

¿Cómo medir el impacto de las inundaciones y la tragedia que conlleva para las cabezas de ganado? Dos datos simples que causaron repercusión mediática sirven para comprender la situación del sector, cuyas pérdidas van en aumento.

La cifra debe ser entendida en varios contextos comparativos para verificar su impacto en la economía nacional, pero sobre todo en el movimiento económico de los productores ganaderos.

Por ejemplo, el fallo de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya sobre la reversión del 50,1 por ciento de acciones que hizo el Gobierno a la empresa británica Rurelec por Guaracachi, que le costará al Estado la suma de 29 millones de dólares ($us 28.927.583). La cifra escandalizó a la oposición que señaló que las nacionalizaciones que hace el Gobierno del MAS son simples “compra y venta de acciones” que perjudican al país, como citó Jorge Quiroga.

La muerte del ganado en Beni y Pando, entonces, es superior a la cifra que el Estado debe pagar por una acción política, esto para entender el impacto de los hechos.

Otro dato para comparar el caso es el precio del famosos avión presidencial que el gobierno de Evo Morales compró en 2010. El Falcon 900-EX llegó a costar 38 millones de dólares, es decir, similar al ganado perdido en la amazonia boliviana en un mes.

La pérdida para los productores ganaderos resulta millonaria y no pasa desapercibida, ni tampoco las dramáticas imágenes del ganado tratando de sobrevivir hacinada en un estrecho islote sin alimento ni posibilidad de huir del agua como reportaron las cadenas Unitel y PAT.

RESPUESTA

Pese a este panorama, el gerente general de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz), Héctor Sandoval, aseguró la anterior semana que esta situación no afectará al abastecimiento de carne “porque el ganado que está muriendo en el Beni es ganado menor que recién podría haberse consumido en unos 8 a 12 meses, lo cual no justifica ninguna subida del precio del kilo de la carne y porque nosotros producimos de forma regular el producto para el consumo interno y las exportaciones”.

Desde el Gobierno se logró rescatar el fin de semana a 500 cabezas de ganado en trabajo conjunto entre el Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas.