La Comisión de Investigaciones del organismo internacional, creada especialmente para analizar violaciones de derechos humanos en el país asiático, presentó ayer en Ginebra un informe que da cuenta de “atrocidades indescriptibles y sistemáticas” como la esclavitud, tortura, violencia sexual y persecución.
El trabajo, de más de 400 páginas, incluyó el relato de una mujer obligada a ahogar a su propio bebé, niños encarcelados y obligados a pasar hambre desde el nacimiento, además de familias torturadas por ver un programa de televisión extranjero.
Concluyó que hay entre 80.000 y 120.000 prisioneros políticos en cuatro grandes campos, donde “son privados de alimentos y sometidos a trabajos forzosos”.