Grave denuncia de espionaje oficial

Informaciones de diversas fuentes hicieron conocer en fechas recientes actividades de espionaje de parte de mecanismos de inteligencia de Estados Unidos sobre organizaciones privadas e inclusive a algunos estados europeos. Las acusaciones fueron reconocidas en parte por autoridades de Washington, las mismas que hicieron conocer que suspenderían esas labores en aras de intereses internacionales.

Las informaciones sobre esas actividades fueron criticadas por el Gobierno boliviano, pero ahora resulta que también en el país existen labores de espionaje, como ya se denunció alguna vez, pero que últimamente se habrían reanudado, como ha denunciado el presidente del Tribunal Constitucional, Dr. Ruddy Flores, quien manifestó su presunción sobre posibles grabaciones que estaría haciendo el Gobierno en sus comunicaciones por su sistema de inteligencia.

No obstante la seguridad de tales afirmaciones, el presidente de ese organismo estatal, Dr. Flores, hizo renuncia a su cargo; mientras tanto, el magistrado Gualberto Cusi por su parte también emitió conceptos poco menos que alarmantes, en sentido de que tenía conocimiento de que el magistrado que dirigía dicho Tribunal recibía llamadas telefónicas por parte de funcionarios del Órgano Ejecutivo, cuando se trataba de casos que podrían afectar tanto a ese órgano como al Legislativo.

Las denuncias del magistrado Cusi, en vez de atenuar las conflictos internos en el Tribunal del que forma parte, han determinado que se muestre en toda su desnudez la profunda crisis que existe no sólo en el Órgano Judicial, una de las partes más importantes del Estado en su conjunto.

Pero la crítica situación, que ha emergido con síntomas verdaderamente alarmantes, no sólo afecta al Órgano Judicial, sino también expande sus características a todo el aparato del Estado, vale decir tanto al Órgano Ejecutivo como al Órgano legislativo, lo cual revela a todas luces que el aparato estatal plurinacional en su totalidad atraviesa por uno de sus peores momentos y del cual la sección judicial constituye “el eslabón más débil de la cadena”.

A todo lo señalado se debe agregar que las denuncias del magistrado Cusi, si bien fueron desmentidas por el Ministro de Gobierno, no han sido aclaradas en su totalidad, pues siguen pendientes acusaciones tales como que el Tribunal Constitucional recibe presiones y “amenazas” por parte del Ejecutivo, por lo que pidió a la población tener conocimiento de estas “irregularidades” dentro de un Órgano supuestamente independiente.

La notable crisis por la que atraviesa el Órgano Judicial -la misma que afecta a todo el Estado- revela un tenebroso mar de fondo que afecta a todo el país. Pero también esa crítica situación no deja de tener relaciones con el estado en que se encuentran países vecinos como Argentina, cuya moneda se ha hundido, lo que desencadenó preocupaciones globales sobre las economías en desarrollo; Brasil está luchando por sacudir dificultades originadas en varios años de lento crecimiento; Venezuela, pese a tener las mayores reservas de petróleo en el mundo, tiene una de las tasas de inflación más altas y una situación política sin precedentes; sin tomar en cuenta las dificultades que encaran países más lejanos (como Turquía y Sudáfrica), que sufren al buscar inversores para rendimientos más seguros.

Así, en forma general, la crisis global que enfrenta el Estado boliviano, sumada a las presiones internacionales, muestran un panorama conjunto que no deja de originar interés político.