Detectan 100 casos de consumo de alcohol en vía pública cada semana

El jefe del Centro de Monitoreo de la urbe alteña, subteniente Rodrigo Guaraya, indicó que mediante las cámaras de seguridad se registran alrededor de 100 casos de personas en estado de ebriedad en vía pública cada semana, de los cuales el 50 por ciento serían bebedores consuetudinarios, siendo que el restante simplemente sale de los bares o se reúnen desde tempranas horas.

Asimismo, en un recorrido de EL DIARIO por las zonas 12 de Octubre, Villa Dolores y Ballivián, se pudo observar a 11 personas en estado de ebriedad, todas varones entre 18 a 45 años de edad.

“En el Centro de Monitoreo, hemos podido observar al menos 100 casos de bebedores en vía pública, a pesar de que el hecho de beber en las calles, según la norma establecida, es una falta y contravención, por la que el infractor debe ser arrestado en una oficina de conciliación ciudadana, por un lapso de ocho horas”, señaló Guaraya.

Según la autoridad, de estos 100 hechos, el 50 por ciento se trataría de jóvenes y adultos que salen de los bares y cantinas a continuar el consumo en las calles adyacentes, en estos casos, lo que se hace luego de evidenciarse la falta, es dispersarlos pidiendo que se retiren a sus domicilios dándoles las recomendaciones del caso, que en la mayoría de los casos es suficiente.

“Hay borrachos conscientes, pero en el caso de que se estén comportando de forma escandalosa o agresiva con el bien público y/o privado, o estén afectando de alguna manera a los transeúntes se procede a la detención de ocho horas”, explicó Guaraya.

Asimismo, el otro 50 por ciento de los casos, sería de bebedores consuetudinarios, que si bien se los dispersa o detiene, vuelven a reincidir debido a la falta de un lugar de reclusión y rehabilitación para estas personas.

“La norma también aplica en el caso de los indigentes, pero no podemos hacer mucho porque no hay donde llevarlos, a menos, que sean menores de edad, que no es muy frecuente, a los que se los remite a las defensorías donde al no tener un centro de rehabilitación se los devuelve a su núcleo familiar, de donde vuelven a las calles”, señaló la autoridad.

Sin embargo, si bien estos son los datos registrados por las cámaras de monitoreo, en muchas zonas estos casos pasan desapercibidos a la vista de los efectivos policiales, siendo que en un recorrido realizado, en las zonas 12 de Octubre, Villa Dolores y Ballivián, pudimos observar 11 personas en estado de ebriedad, que circulaban por las calles sin que la policía, se percate del hecho.

ALOJAMIENTOS

En la zona 12 de Octubre, donde existen más de ocho alojamientos por cada cuadra, EL DIARIO pudo observar que de unos de estos, salieron tres varones, en completo estado etílico, uno de ellos completamente aturdido y sin poder caminar sin la ayuda de sus compañeros que iban gritando groserías por las calles e incomodando a las jóvenes que encontraban en su camino, con palabras soeces.

Una de las vendedoras del lugar comentó que ese tipo de cosas es a diario y que lastimosamente Radio Patrullas 110 o no contestan o simplemente no llegan, por lo que las personas se acostumbraron a la situación.

De la misma forma, en Villa Dolores, en una de las plazas cercanas al colegio “Eva Perón”, se pudo ver a cuatro jóvenes que estaban consumiendo supuestamente un refresco, pero al acercarnos, notamos el aliento alcohólico de los sujetos, quienes indicaron que eran amigos que se habían visto después de mucho tiempo y estaban festejando “compadres”, los cuatro indicaron tener entre 18 a 25 años de edad.

En este caso, ya en una anterior oportunidad el director del Colegio Juan Capriles, Luciano Tapia, señaló que en la gestión pasada se tuvo que pedir a la intendencia que se controle los bares de esta zona y la calle de los “brujitos” donde hay libre expendio de alcohol, siendo que varios borrachitos, estarían molestando a los estudiantes de dicho establecimiento.

En la zona Ballivián, se localizó a dos personas ebrias, de entre 35 y 45 años de edad, que se encontraban sentadas en la vereda, además de usar la esquina como mingitorio público ante la vista de los peatones, que en muchos casos circulaban con menores de edad.

Otro de los casos curiosos, fue el de dos indigentes, que bebían mientras transitaban por las puertas de la alcaldía quemada, donde uno se tendió al piso abruptamente y el otro prometió quedarse a vigilarlo mientras se tomaba otro sorbo de un envase de alcohol y el comerciante del puesto en el que se apostaron iba en busca de un policía o de un guardia municipal para que se lo lleven.