El judío alemán Mauricio (Moritz) Hochschild (Francfort 1881 - París 1965) estudió ingeniería de minas en Freiberg y obtuvo un doctorado en economía y finanzas en otra universidad alemana. En 1911 viajó a Chile como representante de una empresa alemana especializada en la compra (rescate) de minerales. Estuvo en Argentina donde se nacionalizó argentino. Desde 1921 inició en Bolivia su actividad de rescate de minerales, a través de la Sociedad Anónima Minera Industrial, actividad en la que ganó mucho dinero. Las deudas con Hochschild forzaron a muchos mineros a transferirle sus minas.
A mediados de 1910 el ingeniero francés Luis Soux controlaba buena parte del Cerro de Potosí, llegando a fundir estaño y operaba 4 ingenios. La crisis de 1929 le forzó a entrar en sociedad con Hochschild, que adquirió participación mayoritaria en la denominada Compañía Minera Unificada del Cerro de Potosí y al final se convirtió en único dueño. En 1927 tomó en arriendo la mina argentífera Pulacayo que había empobrecido en su contenido de plata, pero que también contenía zinc y plomo. La desahogó y explotó con notable éxito los tres minerales, primero los grandes desmontes y los rellenos de rajos en interior mina y luego las vetas, iniciando otra época de auge de esta mina.
La caída del precio del estaño (crisis 1929) que produjo pánico entre los accionistas chilenos y bolivianos fue bien aprovechada por Hochschild que tomó el control de mina Colquiri. Adquirió también entre otras minas conocidas Bolívar, Porco, San José, Itos, Morococala, Matilde, Caracoles y Bolsa Negra.
En su imperio económico estableció un complejo sistema contable, difícil de descifrar; decía de él un funcionario de la embajada americana en 1939, “Es sin duda el carácter más interesante y enredado de Bolivia” y que los esfuerzos para desenmascarar la estructura financiera de la organización Patiño parecen juego de niños comparados con los esfuerzos sobre la estructura de Hochschild. El controvertido “rey del rescate de minerales” no empezó de cero como Simón Patiño ni heredó minas de sus antepasados como Carlos Víctor Aramayo, pues disponía de capitales suficientes para iniciarse en los negocios mineros.
El presidente Germán Busch el 7/6/39 promulgó un decreto por el que las empresas con capitales de operación en el extranjero debían trasladarlos al Banco Central en 120 días y sólo el Banco Minero podía rescatar minerales. Cualquier resistencia al decreto sería considerada como traición a la patria. Hochschild resistió el decreto. Busch ordenó su detención y lo condenó a muerte, pero cedió ante las imploraciones de su gabinete y fue liberado. Dos meses después Busch se suicidó. En 1946 Hochschild fue secuestrado por altos jefes de la policía. Tan pronto fue liberado salió del país para no volver más.
En la época actual, de las minas importantes de Patiño sólo se trabaja en forma mecanizada Huanuni (estaño), mientras que de Hochschild se trabaja Colquiri (polimetálicos antes estaño), Bolívar (polimetálicos antes estaño) y Porco (polimetálicos), explotada por plata ya en el incario, mientras que el Cerro de Potosí (polimetálicos antes estaño) es explotado por miles de cooperativistas.
Hochschild fue el empresario minero de mayores dotes creadoras pero también el más inescrupuloso. Entre otras irregularidades se lo acusó de inflar el monto de sus inversiones, para disminuir el pago del impuesto a las utilidades, sujeto a las inversiones. Creó el último de los tres grupos mineros grandes, pero acabó cerca de Patiño en el valor de sus exportaciones. La crisis de 1929 obligó a establecer cupos de exportación de estaño, por los que mantuvo una feroz disputa con Patiño, que llegó a la polémica pública desde 1938. La confrontación sacó a luz varias irregularidades cometidas por ambas empresas, que sumadas a otros problemas de índole salarial y social, aceleraron la Nacionalización de las Minas en 1952. Hochschild fue indemnizado con 8,7 millones de dólares.
Introdujo la preconcentración de estaño en su mina Colquiri en 1943, pero en 1944 fracasó en su intento de volatilizar estaño en su planta Taiton en Potosí. La pulpería barata (que luego tendría fuerte incidencia en los costos operativos de COMIBOL), fue establecida en la época de los tres empresarios y resulta difícil creer que los cupos mayores de víveres fueran los del grupo Hochschild.
En su finca Choroma en Yungas albergó a muchos judíos escapados de la persecución nazi, dándoles facilidades para iniciar actividades agropecuarias, comerciales e industriales.
El millonario empresario Hochschild extendió su actividad minera a Chile, Argentina y Perú. Entre otros emprendimientos administró el ferrocarril Atocha-Villazón, propiedad del Estado boliviano. Tenía concesiones de aguas y plantas hidroeléctricas, de las que Río Yura sigue funcionando.
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