Seguramente a muchos preocupa y disgusta ver las fachadas de las casas pintarrajeadas y ensuciadas y será mayor la bronca de los propietarios que acaban de pulir su vivienda, sin que nadie diga ni haga algo por combatir esta práctica de perversidad contra el ornato público y privado. Además, se ensañan también contra los escasos monumentos que adornan nuestras plazas y paseos, con total irrespeto y falta de reverencia. También se añaden los que destrozan árboles irresponsablemente, trozando años de desarrollo y cuidado.
En el almuerzo mensual de los amautas, grupo de amistad de distinguidos caballeros de esta ciudad, se tocó este tema y quiso arremeter sus lanzas en defensa de la ciudad, porque ellos, aunque sin ser todos oriundos de La Paz, quieren esta ciudad y se sienten lastimados por esos hechos de malandrines que manifiestan su rebeldía, envidia o maldad finalmente, ensuciando las paredes a veces, peor todavía, con signos obscenos. Esta actividad malhechora, manifestaron, no debe quedar en la protesta callada y de morderse los labios de rabia e impotencia solamente.
Y dijeron los caballeros Amautas que hay que hacer algo, y se han propuesto hacer campaña para terminar con esta conducta criminosa de jovenzuelos que así ocupan su ocio dañando, cuando hay tanta actitud noble que debe llenar sus afanes. Se nota falta de orientación y de dirección a nuestra juventud, habiendo tantas instituciones que se ocupan de enmendar los malos hábitos, de trocar a los ensuciadores por la limpieza y el cuidado de los monumentos, calles y plazas de esta ciudad que debe mostrarse pulcra y exenta de rasgos desdorosos.
Con seguridad, continuaron diciendo, existen varias disposiciones municipales que prohíben esos desmanes, pero como siempre ocurre, éstas no se cumplen ni se las hace cumplir. Entonces, los eméritos ciudadanos, manos a la obra, han decidido entrar en contacto con las autoridades municipales, si es posible con el Alcalde en persona, invitándole a su almuerzo mensual, para hablarle de éste y otros temas y expresarle el general descontento y pedirle que ponga a sus huestes en acción para atrapar, in fraganti, a estos salvajes y darles la sanción merecida.
Pero como no basta protestar ni señalar los males, los amautas proponen soluciones. Y se dio la idea de que en algún lugar público de bastante afluencia de peatones, El Prado por ejemplo, se construya una jaula, recubierta de vidrio, donde se exhibiría a estos malhechores para que el público los conozca y repudie y de este modo se siente escarmiento y los malandrines se avergüencen de hacer daño gratuito, solo por dañar; y a los reincidentes darles otra sanción mayor además.
Seguramente los defensores de derechos humanos saltaran para decir que no se puede infamar a las personas, que ello está contra las normas constitucionales, en fin, en prédica más bien de defensa a malhechores, sin detenerse a pensar que quienes infaman a toda la ciudad son ellos. La población tiene que identificar a los malentrenidos e imponer respeto, amor a su ciudad, a la Patria, en fin. Recordemos los plantones que se daba en los colegios a los atrasados o a los que cometían alguna falta.
Muchos comportamientos perversos hay que erradicarlos, y es sancionando y escarmentando. La Paz debe mostrarse límpida, para ser admirada por propios y extraños, como una ciudad espectacular que es, agregándole más cuidados y pulcritud.
bdlarltd@hotmail.com
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |