“Inferno” y la excesiva población mundial

“Inferno” es la última y formidable novela del consagrado autor Dan Brown, que entre otras obras escribió “El Código Da Vinci” y “La fortaleza digital”. La novela gira en torno a un preocupante tema de actualidad, cual es la sobrepoblación mundial.

En la novela un genial científico genetista, Bertrand Zobrist, propugna la Ecuación del Apocalipsis de la Población que viene a ser una explicación matemática de los hechos de que la población de la Tierra aumenta, que la gente vive más años y los recursos naturales, en cambio, no dejan de disminuir, no puede tener otro resultado que el apocalipsis de la sociedad, que llegaría en forma abrupta. Zobrist vaticina que la raza humana no sobrevivirá otro siglo, a no ser que tenga algún tipo de extinción masiva, y menciona por ejemplo que lo mejor que le pasado nunca a Europa ha sido la peste negra.

La peste o muerte negra fue la pandemia más devastadora en la historia de la humanidad, que afectó a Europa en el Siglo XIV, estimándose que fue la causa de muerte de 25 millones (M) de personas (un tercio de su población) y unos 40 a 60M más en África y Asia, donde se inició. Muchos historiadores documentaron los beneficios socioeconómicos a largo plazo que tuvo la extinción masiva en Europa. Antes de la plaga, la sobrepoblación, las hambrunas y las penurias económicas asolaban la Edad Media. Si bien espantosa, la repentina llegada de la peste negra mermó la población humana y provocó una repentina abundancia tanto de comida como de oportunidades, que según dichos historiadores, fue el principal catalizador del Renacimiento.

Thomas Malthus (1766-1834) clérigo y erudito británico, con gran influencia en la economía política y demografía, publicó en 1798 el “Ensayo sobre el principio de la población”, en el que afirma que la población tiende a crecer en progresión geométrica, mientras que los alimentos sólo aumentan en progresión aritmética (en un sistema de espacio finito), por lo que llegará un día en que la población será mayor que los medios de subsistencia, de no emplearse medios preventivos y represivos.

Entre sus drásticas conclusiones Zobrist indica también que la descendencia de los jóvenes de hoy literalmente sería testigo del final de la raza humana, que los avances en ingeniería genética serían mucho más útiles para la humanidad si, en vez de curar enfermedades y aumentar la esperanza de vida, se los utilizara para crearlas y que la mayoría de los líderes mundiales niegan la realidad y esconden sus cabezas en la arena. Es particularmente crítico con la Organización Mundial de Salud.

El aumento poblacional de 1.000 a 2.000 millones (M) de habitantes tomó 123 años (1804-1927), mientras que el incremento de 6.000 a 7.000 M tomó 12 años (1999-2011). A pesar de que últimamente bajó bastante la tasa de fecundidad, pero subió la esperanza de vida y bajó la tasa de mortalidad infantil, el crecimiento poblacional anual es de 1,1%, lo que plantea la interrogante de si la Tierra podrá soportar los 3.000 M de habitantes que se añadirán hasta fines del siglo.

Aunque solo el factor sobrepoblación es inquietante, hay que considerar también el cambio climático, provocado en especial por el calentamiento global, debido a la emisión a la atmósfera de dióxido de carbono (CO2), por la utilización por persona cada vez mayor de combustibles fósiles para la generación de energía termoeléctrica y para el accionamiento de automóviles, equipos y maquinarias, vale decir hay un incremento exponencial del CO2 en relación con la población. Como efectos del calentamiento global están la intensificación de lluvias en zonas lluviosas y de sequías en zonas secas, deshielo de glaciares, acidificación de los océanos, destrucción de extensos campos de cultivo y de inundaciones y derrumbes en muchas zonas (que provocan muertes de personas y animales originando además enfermedades) y falta de agua en otras.

Los países industrializados que son los mayores productores de CO2, son reticentes a cumplir las metas de descarbonización establecidas, por lo que sus efectos los sentimos cada vez con mayor intensidad. Lamentablemente el buen vivir parece estar en relación directa con la contaminación, como lo muestra el hecho de que Estados Unidos (segundo contaminador y China el primero) es de lejos el principal emisor de CO2 por habitante. Ante nuestra inacción, la naturaleza restituye el necesario equilibrio ecológico a través de desastres.

Volviendo a la novela, Zobrist crea un virus pandémico transmitido por el aire (llamado Inferno), que se introduce en el ADN de toda la población humana y se activa al azar en aproximadamente un tercio de ella causando esterilidad, para así reducir la población a una cantidad aceptable, de modo que sirva como catalizador global. Inferno evitaría los dolorosos cuadros de muertes causadas por plagas y otros desastres naturales.