Ataque de “cumbritis”

Desde hace aproximadamente ocho años el país se ha visto atacado por una oleada de reuniones o “cumbres” políticas, económicas y partidarias con objeto de reunir a autoridades especializadas en algunas materias, con el objetivo de considerar y encontrar soluciones para los grandes problemas del país. Sin embargo, esos concilios poco o ningún resultado ofrecieron a la población y terminaron en un enorme cero.

Por esa política oficial de convocar a “cumbres” de ribetes espectaculares, fueron realizadas la “cumbre de los pueblos”, la “cumbre de seguridad ciudadana”, la “cumbre de la seguridad alimentaria” y otras muchas en las que estuvieron presentes no sólo expertos nacionales, sino que también llegaron otros muchos de países tan lejanos como Asia y África y que lucieron sus conocimientos científicos más avanzados y aseguraron que su éxito se basaba en sólidos “pilares” de sustentación.

En la mayoría de los casos, en dichos torneos -realizados en la localidad de Tiquipaya, Cochabamba- fueron aprobadas grandes resoluciones e inclusive en uno de ellos se decidió presentar al Gobierno un petitorio que demandaba aprobar alrededor de cien proyectos de ley ¡“con orientación socialista”!, que debían ser estudiados por el Órgano Legislativo, sin embargo (casi todos eran de contenido capitalista) no recibieron atención.

En realidad, en años recientes la política boliviana resultó víctima de ataque de una llamada “cumbritis”, que no obstante el gran despliegue de gastos y publicidad, no aportó resultados objetivos y terminó como “fuego de paja”. Es más, inclusive una de ellas, la Cumbre de la Salud, propuesta hace dos años, no se realizó, debido a que se pronosticó que no tendría efecto.

En ese prurito de convocar a reuniones “cumbre” por cualquier motivo, ahora se ha propuesto la “Cumbre de la justicia”, con el objetivo de encarar la crisis terminal en que se encuentra el Órgano Judicial. También se anticipó que podría realizarse la “Cumbre para el Órgano Legislativo”, tachado por algunos de sus integrantes como “ineficiente”, que es víctima de un “estancamiento” y una serie de acusaciones, ya que las leyes que sanciona caen en saco roto. Al respecto se menciona, por ejemplo, la Ley de lucha contra la violencia a las mujeres, pues en vez de disminuir los abusos contra ese género, han aumentado de forma alarmante.

En todo caso, sería de interés que se realicen las “cumbres” para sacar de la postración a los órganos Judicial y Legislativo, cuya actividad es objeto de atención de parte de la opinión pública y hasta de organismos internacionales. En efecto, la Unión Europea ha mostrado preocupación por la crisis del sistema judicial y, por otro lado, sucede lo mismo con el Órgano Legislativo, acerca del cual un diputado oficialista dijo que padece de un estado de “estancamiento”, atribuyendo esa situación a corrientes internas que no permiten tratar el Código Niño-Niña, la Ley de Protección a los animales, la Ley de familia, la Ley de Inversiones, los Códigos de familia y otros.