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El seleccionador italiano, Cesare Prandelli, ha mantenido las expectativas en La Azzurra a pesar de contar con una de las selecciones más modestas de su historia, ausente de grandes nombres salvo dos veteranos ilustres (Buffon, de 36 años; Pirlo, de 34) y un satélite imprevisible como Balotelli, baja por lesión de esta lista de 26 para enfrentarse a España hoy en el Calderón. “No quería jugar este amistoso porque nos encontraremos en el Mundial dentro de tres meses y el resultado podría condicionar las críticas hacia esta selección”, dijo ayer Prandelli.

La convocatoria para Brasil está pendiente de Rossi, el punta del Fiorentina, convaleciente desde el 14 de enero de una lesión de rodilla tras una entrada de Rinaudo, del Livorno. Mes y medio después, Rossi sigue siendo el máximo goleador italiano de la Serie A, con 14 tantos, solo superado por el argentino Tévez, seguidos ambos por Immobile, del Torino, con 13, una de las dos novedades de Prandelli. La otra es Paletta, el central de origen argentino del Parma, un recambio para la zaga consagrada del Juventus (Barzagli, Chielini y Bonucci). Paletta es el tercer nacionalizado junto a Thiago Motta y Osvaldo. En ataque, Prandelli probará a los jóvenes Immobile, Destro (Roma) e Insigne (Nápoles).

A la espera de si Verratti, del PSG, toma el relevo de Pirlo, la medular la forman Marchisio, Motta y Montolivo, mientras De Rossi ha sido excluido del Calderón por el código ético del seleccionador tras su puñetazo a Icardi en el Roma-Inter del sábado. “Es una prevención antes del Mundial”, lo justificó Prandelli, un aviso sin efecto disuasorio puesto que los tres sancionados por el código ético —Osvaldo, Balotelli y De Rossi— son reincidentes. En los amistosos de hoy, la probeta de los seleccionadores dará los últimos retoques.