Las sugerencias del Fondo Monetario

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha vuelto a pronunciarse acerca de la situación económica del país. Por un lado, ha reconocido que el sistema financiero boliviano conserva solidez y está normalmente capitalizado. Sin embargo, al mismo tiempo ha indicado que podría debilitarse en caso de que se aplique disposiciones que afectan al buen funcionamiento de una economía, las mismas que están orientadas a subordinar las actividades del sector financiero hacia objetivos llamados “sociales”.

En forma específica, el FMI ha señalado en su informe anual que el riesgo para la estabilidad financiera que existe en el país se encuentra en disposiciones que alterarían la seguridad e integridad del sistema financiero. Al respecto señaló que una de las disposiciones que podría afectar esa estabilidad sería la Ley de Servicios Financieros, norma que establece cuotas mínimas de préstamos para el sector productivo y para viviendas de interés social, así como discrecionalidad para definir niveles mínimos para las tasas pasivas y mecanismos que refuerzan la protección del consumidor y el acceso a servicios financieros en zonas rurales y otros.

Las recomendaciones del FMI, fueron, sin embargo, rechazadas por el Banco Central de Bolivia, que indicó que dicha entidad internacional “no tiene razón” para emitir recomendaciones u observaciones al creer que el libre mercado debe regular las calidades y los precios. Al respecto, el Presidente del instituto emisor sostuvo, además, que el FMI cree que “… hay que dejar libre el mercado para que sea la ley de la oferta y la demanda la que regule las cantidades y los precios. No creemos que tenga razón porque el Gobierno boliviano hace más de ocho años ya tiene una idea clara de cuáles son los principios y el modelo que es aplicado en nuestro país”; mientras el Presidente del Estado indicó que el FMI “debería pensar en cómo va a resarcir los daños que ha hecho a Bolivia durante los 20 años de neoliberalismo”.

Pese a la divergencia en los puntos de vista acerca de la situación financiera, la presidencia del Banco Central comentó que no podía “desmerecer” el informe del FMI sobre el manejo de las variables macroeconómicas, pero no aclaró acerca de “los principios y el modelo que es aplicado en nuestro país” desde hace ocho años, del cual precisamente la opinión pública boliviana no tiene una idea clara por las contradicciones en su aplicación. Tampoco aclaró la crítica del FMI a la concesión de créditos a empresas estatales con requisitos menores que los de cualquier otro organismo internacional, multilateral o bilateral, factores que precisamente podrían causar la inestabilidad del sistema financiero boliviano.

La opinión y las sugerencias del FMI, en cuanto a la evolución de la economía boliviana, no dejan de ser acertadas, en especial en lo que se refiere al peligro en que podría caer el estado de la economía por manejos inadecuados, por lo cual -aparte de las aclaraciones oficiales del caso- lo que el Banco Central debería hacer, en todo caso, es no rechazar de plano, sino más bien tener en cuenta las advertencias y adoptar las soluciones sugeridas, más aún cuando las perspectivas de la situación internacional, que sufre variaciones inesperadas, podrían derrumbar las actitudes optimistas y dogmáticas que se sostiene.