Adiós a las drogas

El profesor Raúl Pino-Ichazo Terrazas es un escritor pulcro, cuidadoso del lenguaje y profundamente analítico. Este libro “ADIOS A LAS DROGAS” que ya fue registrado y recomendado por el Ministerio de Educación de Bolivia como libro de texto en escuelas y colegios, es una obra importante y fundamental para entender la compleja problemática de la drogadicción que tan gravemente afecta al mundo moderno.

Es un honor para mí escribir el prólogo de este gran libro producido por Pino-Ichazo Terrazas, aclamado y reconocido autor completamente dedicado a la sociedad. Se trata de un intelectual muy respetado en la comunidad y prensa bolivianas, donde es acreditado columnista y vicepresidente de la Sociedad de Escritores de este país. En su condición de abogado, juez y escritor, tiene escrito y publicados, muchos libros de texto para universidades y miles de significativos artículos de prensa.

Este libro nos introduce en un mundo impresionante y dramático no necesariamente conocido y evaluado como se debiera en toda su dimensión.

El índice temático de la obra es muy completo y comprehensivo. Comienza con el examen de “los valores” señalando que en la actualidad vivimos sin aprecio a los mismos. Este tema que el autor juzga como esencial, está brillantemente tratado y conviene leer con mucha atención y profundidad. En la actualidad, comenta, las personas muestran demasiada inclinación al egocentrismo y preservación de sus intereses personales, que aliena a los individuos y facilita el ser atrapados por el veneno de la adicción al alcohol, el fumar y todo tipo de drogas. Esta circunstancia que Pino-Ichazo Terrazas reconoce como existencial, crea una “múltiple diferenciación de percepción e interpretación de las culturas que se asignan a las propias vivencias humanas”.

Es precisamente en los valores donde se centra el nudo vital del la problemática y por eso llama a la obtención de una madurez que nos permita ser justos y leales a nuestras propias convicciones y a la aceptada moralidad. Para ello dedica buena parte del libro a la comunicación entre los componentes familiares, la escuela y la sociedad toda y a la educación, que es donde se debe centrar el foco de las prioridades en términos de esfuerzos y recursos humanos y financieros.

Con el objeto de definir claramente el objeto en cuestión presenta el capítulo II- “De la drogadicción, los vicios y dependencias que caracterizan a la actual sociedad”. En este capítulo se pregunta si podemos exigir la necesaria fortaleza interior a los jóvenes para enfrentarse a la compleja maraña de la drogadicción, mientras tienen grandes problemas existenciales que definir y que sufren la presión de los comerciantes, la sociedad corrupta y las malas amistades. Obviamente que no. Es más, el autor define a este mal universal como momentáneamente sin solución.

Con enorme preocupación el autor filosofa diciendo que es el propio hombre el que con esta “enfermedad”, genera el arma para producir el exterminio de sus propios congéneres. No ha habido dice -en la historia de la humanidad antecedente más difundido que el flagelo de la drogadicción que involucra al mundo en su totalidad. No las pestes, enfermedades virales e incluso no la consecuencia del descubrimiento de la reacción atómica transformada en bomba.

Esos pensamientos me hacen meditar en nuestra humanidad y su casa…

¡Tan frágil y débil la morada..!

Vinieron a hablar los años

con el corazón roto hundido en el caos y las manos lastimadas

¡Oh! mis sueños

en soplo, lloro los límites de la moral, tocando el mar,

cerrados los ojos y esperando por un mundo nuevo de amor y paz…

Con lógica secuencia se entrega el texto a lo que surge como la principal tarea para enfrentar la drogadicción en todas sus variaciones y metamórficas vestiduras. Me refiero a los capítulos III - “De la educación de los padres, del relacionamiento con los hijos, de la incidencia de las drogas y de la fidelidad conyugal “, IV- “De las políticas internacionales sobre el consumo, adicción y tráfico de drogas” y V- “De la comunicación y diálogo con los hijos. Aquí nos presenta las aterradoras estadísticas del consumo, producción y tráfico y de cómo “muchos de los gobiernos actuales han levantado literalmente las manos y declarado su impotencia frente al consumo de las drogas”.

El libro sigue profundizando sobre las causas y actitudes sociales de todo nivel y analiza VI- “De la acción de los narcotraficantes y causas del consumo”; VII- “De las inversiones en publicidad contra la droga” y VIII- “De las causas del consumo, adicción y tráficos de drogas”. El tema es duro y comenta que los propios entendidos en la materia tales como juristas, políticos y académicos, no han podido dar una solución globalizada al problema.

El que quiera conocer las diversas políticas experimentadas y sus relativos éxitos y principalmente fracasos podrá encontrar en este libro una fuente importante de datos y evaluaciones. Por ejemplo: “La experiencia del sustituto Methadon en lugar de la droga (marihuana, cocaína) ha conseguido algunos logros, pero estos son insustanciales en comparación al constante incremento de los jóvenes a la adicción. Se ha intentado fórmulas desde el expendio oficial y controlado de drogas, la habilitación de lugares especiales para inyectarse, y de esta forma, hacer difícil la comercialización a los distribuidores, la permisividad de adquisición libre de algunas drogas en determinadas y controladas cantidades, hasta la fuerte inversión en situar a todos los adictos tras rejas, en instituciones especialmente equipadas en sus estructuras y un ejército de médicos, psicólogos y nutricionistas…”. Más aún explica que en algunos lugares de Europa ya se distribuye bajo control, heroína y cigarrillos con contenido de cocaína, para reducir la inmensa propagación de infecciones, con hepatitis y H.I.V. que producen las inyecciones con otros narcóticos que provienen de fuentes ilegales.

Pero nuevamente y para reforzar el valor de las herramientas que necesita la sociedad, continúa con IX – “De la ausencia de diálogo y comunicación entre padres e hijos y la simultánea influencia de las drogas”; X- “De la incipiente importancia concedida a la educación”; XI- “De la educación contra el consumo, adicción y tráfico de drogas”; XII- “De la fuerza de la educación” y XIII- “Del contenido de la vida”; afirmando que “ La droga es un síndrome de la decadencia humana, la realidad más difundida en el mundo y por consecuencia el flagelo actual más difícil de enervar por los intereses económicos que intervienen en el proceso de elaboración”.

Este libro no solamente es importante para la información sino que toca al lector con llamados tales como: “Lo que cada habitante de este mundo puede realizar para producir el descenso de adictos, hasta la reducción a valores mínimos del fenómeno de las drogas es trascendente y descansa sobre el pilar majestuoso de la educación y la formación de nuestra juventud. No hay potencial más efectivo que la educación y es en este campo donde se pude realizar la cruzada más significativa del siglo XX, asignándole prioridad a la educación y al apostolado que esa misión implica” y “Justamente la autoridad de los padres, en estos difíciles momentos, debe mostrarse con una infinita ductilidad, tolerancia y capacidad por no hacer aflorar ningún atisbo de imposición y autoridad, pues con esa actitud de dominio de impulsos, se establecerá la comunicación necesaria para escuchar y replicar”.

Basta con echarle una mirada al título de los capítulos para entender que se trata de un “tratado” sobre la drogadicción como tragedia de la sociedad actual.

El espacio limitado que tengo para este comentario me recuerda que Pino-Ichazo Terrazas en esta obra, demuestra que tiene una enorme capacidad de síntesis analizando temas de profundidad casi infinita con un lenguaje fácil de seguir y ameno. Eso le permite al lector seguirlo con interés y dedicación.

Este libro debe ser leído en todos los países, por todos los padres, maestros, sociólogos, políticos y jóvenes, en fin por todos los componentes de la comunidad.