Oscar Espinosa García
Durante más de 60 años ninguna acción se tomó para mejorar el sistema actual o para crear un sistema moderno y eficiente. Hubo sí ideas de proyectos espectaculares, como el teleférico y los trenes. Con respecto al teleférico, tenemos a dos administraciones municipales que en el pasado diseñaron proyectos y que no se los implementó, los de Ronald MacLean y Juan del Granado. El alcalde del Granado licitó un proyecto de tren elevado, que uniría la Zona Sur con el Centro, que no tuvo proponentes, al igual que lo que sucedió con su proyecto de teleférico.
El Banco Interamericano de Desarrollo tuvo la iniciativa de hacer preparar un estudio de un sistema de transporte masivo con base en buses de gran capacidad de transporte de pasajeros (160 y 100) que circularían por las vías troncales de las ciudades de La Paz y El Alto y que sería complementado por buses de menor capacidad que cubrirían zonas no servidas por éste y también por los vehículos del actual sistema de transporte público. Fue durante la gestión del alcalde del Granado, pero este proyecto estaba en la escala de prioridades, después del teleférico y el tren elevado. Recién el alcalde actual Luis Revilla adoptó a éste, como proyecto de su administración, para proveer a la metrópoli de un sistema de transporte masivo, denominándolo “La Paz Bus”.
Al presente, la metrópoli tiene tres proyectos para mejorar su sistema de transporte público: el teleférico del presidente Evo Morales (con dos líneas), los buses Pumakatari del alcalde paceño Luis Revilla y los buses Sariri del alcalde alteño Edgar Patana, los cuales significan una inversión de más de 300 millones de $US. Por otro lado están los actuales proveedores, que están en contra de la operación de estos buses. También hay un ofrecimiento del Presidente a éstos, para proveerles financiamiento para que adquieran sus propios buses.
Por tanto, hay una total dispersión de recursos y una completa descoordinación entre el Gobierno Nacional y los Gobiernos Municipales, de éstos entre sí y la exclusión de los actuales operadores de la solución del problema. Los proyectos se los ha hecho por motivos políticos y se ha elegido el camino de la confrontación o la competencia.
Las dos líneas del teleférico proveerán transporte para una parte del viaje que harán los alteños (que elijan este medio) para trasladarse a la ciudad de La Paz y viceversa. Antes tendrán que usar el transporte automotor para trasladarse a las estaciones del teleférico, si es que se encuentran lejos de éstas. Cuando vuelvan, otra vez tendrán que usar el transporte automotor para llegar a sus destinos. Lo mismo puede suceder en La Paz, necesitando del transporte automotor para llegar a sus lugares de destino o para venir a tomar el teleférico.
El alcalde Luis Revilla ha decidido implementar su proyecto de transporte masivo empezando por la cola. Los buses Pumakatari son parte de un sistema complementario al proyecto principal, para servir a zonas que no son directamente servidas por éste. Supuestamente sus rutas no interferirán en las rutas que operan los actuales proveedores. Pero con el cansancio que hay en la población en cuanto al uso de los vehículos actuales, se producirá una exigencia por la generalización del uso de buses grandes. Esto condenará al ostracismo a los actuales operadores y los obligará a pensar en la adquisición de buses, como ya lo ha expresado el sindicato Litoral. Entonces el sistema de transporte público de la metrópoli entrará en un estado de desorden, competencia y confrontación. En contraposición a esto, ¿no sería mejor realizar un proyecto bien planificado, producto de la concertación de los diversos sectores de la población?
Esa cualidad puede tener el proyecto La Paz Bus. Se estimó que costaría 124.460.000 $US (2004), para la construcción de infraestructura, adquisición de buses, compra de vehículos a los actuales operadores y adquisición de un sistema de cobro de pasajes. Como se ve, en el proyecto no están excluidos los actuales operadores.
Hace más de 50 años, en la ciudad de Curitiba (Brasil) se obligó a los operadores individuales a formar empresas y junto con un plan de desarrollo urbano y una economía de libre mercado, Curitiba es ahora una ciudad tan próspera como una ciudad europea. Los proyectos de transporte masivo de Bogotá y Quito se ejecutaron sobre la base de los operadores tradicionales.
No sería correcto excluir a los actuales operadores de la solución del problema de transporte público, sobre todo a la gran masa que actualmente puede subsistir gracias a éste. Es urgente ejecutar un proyecto que proporcione a la metrópoli de La Paz de un sistema de transporte público económico y eficiente, que beneficie a todos sus habitantes y que sea producto de la concertación y no de la confrontación.
El autor es ingeniero civil y docente de la UMSA.
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