Tragedia, luto y carnaval

A las tragedias de las inundaciones, con sus inefables muertes, se suma la de Oruro con cinco músicos muertos. En total 60 fallecimientos por un lado, por otro 60 vidas perdidas en el perpetuo carnaval nacional. Por lo tanto deberíamos estar de luto, recatados, en silencio y oración porque somos mortales. El duelo de antaño era estricto con traje, corbata y calzados negros en el varón. Las damas de igual manera, con velos y sombreros circulares que las hacían parecer de otras dimensiones. Cuando éramos niños observábamos a las señoras con curiosidad propia de los años inocentes. Hoy el duelo se guarda a como dé lugar, con los apuros de un tiempo pagano sin Dios, ni leyes, ¡bailando!

En el programa nocturno Q.N.M.P, de los periodistas César Galindo y Enrique Salazar, de 5/3/2014, doña María Galindo de Mujeres Creando, femenista pura, con filosofía y doctrina, sostuvo que el “Sambódromo” cruceño, costó 56 millones de pesos bolivianos. De paso diremos que el Sambódromo es una vulgar imitación del carnaval carioca, sin creatividad, sin nada nuevo.

¿Qué es lo primero? ¡La salud!, responderemos al unísono. En Puerto Suárez, provincia de Santa Cruz, no tenemos hospital de tercer nivel. Los viejos tenemos que viajar 1.200 Km por tren o buses, para que allí choquemos con la respuesta: ¡su municipio es tramposo! Enfermos con prostatitis, con cólicos renales (1), fracturas de las extremidades, accidentes cerebrales, se aprestan a regresar muertos. ¿Cuánto cuesta un hospital? De dos a cinco millones, entregándoles terreno amplio para su edificación. Pero, señores, más valor tiene el carnaval que las vidas. La autoestima nacional cada día se viene a los suelos.

Aquí viene la yapa. El carnaval tiene su lugar cuando todas las necesidades son cubiertas, satisfechas y Bolivia sea un paraíso donde ninguna persona o institución se queje. Sin embargo, los lamentos de jóvenes, niños, viejos, poblaciones que viven con el agua hasta el cuello ladran el abandono y la orfandad en nuestro país, donde su presidente Evo Morales nunca está en momentos de las desgracias nacionales. Viajó para homenajear a Hugo Chavez, en tanto su pueblo clamaba: “¡misericordia Dios mío, por tu inmensa bondad!”.

¿A quién quejarnos? Parafraseamos a César Galindo: ¿Qué le pasa a nuestro país? ¿Qué pasa en Bolivia que no se apiadan de sus hijos?

Doña María Galindo habló de la cosificación de la mujer, de la utilización como muebles de las llamadas bellezas, que ni siquiera están sometidas a la Ley del trabajo. Pero no es evidentemente, Santa Cruz es todo un carnaval; en una semana de baile, los jóvenes sin norte, los bachilleres sin rumbo se dan al desenfreno, mostrando el lado horroroso de un pueblo noble y altivo.

Final: Sólo nos queda orar, como cuando un avión se cae al mar.

(1) El insigne patricio Adolfo Rau Santander hace 15 días viajó a Santa Cruz, porque no hay auxilio, no hay atención para su delicado estado de Salud. La Alcaldía Municipal de Puerto Suárez lo citó varios días para reembolsarle los gastos que hizo con un préstamo para enfrentar su mal. No se le devuelve el dinero y dale con la propaganda televisiva y personal acerca de que se atiende a los “viejos de mil amores”.