[Armando Mariaca]

¿Cuánto le exigimos al país y cuánto le damos?


En el año 1962, ante situaciones difíciles, el presidente Kennedy de los Estados Unidos preguntó a los ciudadanos de su patria: “¿Cuánto le exigimos al país y cuánto le damos?”. Una frase que, con el correr de los años, se hizo conciencia en muchas naciones y, para el caso nuestro, de Bolivia, bien podría aplicarse la frase y preguntar a gobernantes y gobernados exactamente lo mismo.

Hay que reconocer, con honestidad y sinceridad, que ni este gobierno ni los anteriores -salvo en muy pequeños períodos- tomaron al país como propiedad y sin la conciencia necesaria para amarlo y servirlo porque la política, sea de derecha, izquierda o centro, es eso: juego de intereses, de ver qué conviene al partido o al grupo o a los amigos o personalmente. Así, con el correr del tiempo, se ha hecho del país un medio y no un fin. Resulta difícil reconocer esta realidad pero los hechos han mostrado cuán poco se hizo en pro de por lo menos equilibrar lo que exigimos con lo que hacemos.

Y no es cuestión sólo de los gobiernos; es, en buena parte, conducta de los ciudadanos de una u otra época que se han contagiado de una especie de nomeimportismo perjudicial, dañino, contrario a toda forma de amar al país. Nos decimos bolivianos y lo menos que hacemos es honrar el serlo. Hay algunos ciudadanos, conciudadanos nuestros, que, fuera del país, niegan a la patria, les da vergüenza lo que en política o en economía o en lo social ocurre; son gentes que si bien envían dinero a sus parientes, no vacilan en negar su nacionalidad y prefieren ser turcos, griegos, italianos o pertenecer a cualquier otra nacionalidad.

Vivimos realidades que nos deben pesar grande y seriamente: por un lado, no hay gestión en el gobierno; en otras palabras, no se administra la nación dentro de los mismos parámetros constitucionales y no hay vocación de servicio porque no se tiene conciencia de país. En lo social, ¿qué ocurre con tantas marchas, manifestaciones, exigencias, ultimatums y muchos extremos que llegan al bloqueo? ¿Cuándo se quiere entender que bloquear es la forma de atentar contra los derechos humanos, es complotar contra el país que es nuestro, propio, digno, grande y que merece siempre la mejor de las conductas y sentimientos de amor, dedicación y entrega para librarlo de todo lo que padece, cual es el caso de la pobreza, la desunión, el narcotráfico?

¿Cuánto se quiere comprender nuestras limitaciones? ¿Hasta cuándo se hará abstracción de la necesidad de leyes de inversiones, minería, hidrocarburos y otras que precisa el país? ¿Cuándo se entenderá que quien trabaja, se dedica a cualquier labor, instala cualquier negocio, fabrica lo que sea útil y necesario a la colectividad precisa de garantías, de apoyo, de respeto y estar libre, en todo tiempo, de posibles estatizaciones, “nacionalizaciones” o peligros de perder lo invertido y trabajado?

Desde el año 1937, prácticamente en todos los gobiernos que se han tildado de “revolucionarios”, hubo el complejo de nacionalizar, de que nadie, por ser extranjero, debe trabajar en Bolivia y, así no tengamos ni capital ni tecnología ni capacidad humana, creemos que debemos hacerlo todo nosotros porque nos consideramos “sabios” que nada necesitan de nadie cuando bien sabemos que hasta los más sabios han necesitado de su entorno, de amigos y familiares, de personas que sepan más que ellos porque no hay sabio que sepa todo y pueda abarcarlo todo; pero, como los complejos son parte de nuestra personalidad, nuestra ignorancia de todo y de todos nos hace ver que somos infalibles, “nacionalistas” en extremo, creídos hasta nomás, petulantes y hasta convencidos de que “por dignidad” podremos abarcar lo que otros no lo hicieron; pero, llega un momento de las verdades en que no había sido todo tan color de rosa y habíamos fracasado; sin embargo, así y todo, no creemos en lo que sufrimos y dejamos de hacer.

Pero, como no sabemos reconocer nuestros males, hay que culpar de nuestros yerros a otros y ahí están muchos culpables e “imperios” y hasta fantasmas. En fin, recurrimos a los más grandes pretextos y justificativos porque nos gusta engañarnos, mentirnos e inventamos lo que sea contra otros, porque no tenemos la capacidad de reconocer ni enmendar nuestros errores.

Y así van los hechos, ¿hasta cuándo? Recibimos todo de un país maravilloso, una nación rica en todo lo que necesita el ser humano, rica en valores y bienes de la naturaleza; recibimos la vida y los desafíos para vencer los males; heredamos dignidad, orgullo, libertad y soberanía y, por todo ello debemos preguntarnos: ¿Qué hemos hecho por el país? ¿Cuánto le dimos? ¿Qué sacrificios hemos hecho por él? ¿Cuánto estamos dispuestos a hacer y a dar con sentido de honestidad y responsabilidad? Finalmente, ¿Cuántos podrán responder a las preguntas? Con seguridad, los más se mantendrán en sus posiciones de soberbia y petulancia porque saben todo y no necesitan de nadie.

TITULARES

 
Revistas

Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender
la libertad y la justicia.
Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

EL DIARIO
Decano de la Prensa Nacional
Miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa y la Asociación Nacional de Prensa.

Dirección:

Antonio Carrasco Guzmán
Presidente del Consejo de Administración

Jorge Carrasco Guzmán
Gerente General

Rodrigo Ticona Espinoza
Jefe de Redacción

"La prensa hace luz en las tinieblas
y todo cuanto existe de progreso en el mundo
se debe a su inagotable labor"...

JOSÉ CARRASCO


Publicidad
Portada de HOY

JPG (690 Kb)      |       PDF (280 Kb)


 

Sociales

NACE LA ASOCIACIÓN INTERINSTITUCIONAL DE CLUBES SOCIALES, CULTURALES Y DEPORTIVOS

Eduardo Gorostiaga, Marcelo Pérez Monasterios, Herbert Müller y Julio Benavides.

EL ARTE ABSTRACTO DE CARMEN WUNDER

La artista Carmen Wunder.