William M. Durán Vásquez
De manera alarmante me permito difundir información sobre un nuevo riesgo contra la sociedad. Se trata de la aparición de una droga casera altamente letal y de consumo prohibido denominado “Krokodil” (cocodrilo en ruso), cuyo nombre científico es la desomorfina, creada en los Estados Unidos allá por el año 1932, como un sustituto de la morfina.
Durante el año 2004 se reportó los primeros casos de su uso con fines recreativos entre las comunidades más pobres de Siberia, Rusia, país donde comenzó a ser utilizada con estos fines. Se calcula que la persona que la consume no vive más de 3 años. Esta nueva droga es creada a partir de ingredientes altamente tóxicos, que hacen que la piel se vuelva escamosa y luego literalmente se caiga en pedazos. Los efectos del consumo de Krokodil son devastadores. Se requiere tratamientos intensivos e injertos de piel, pero a menudo no son suficientes para salvar las extremidades o la vida.
Sus efectos secundarios son de una película de terror, entre los que se incluye la necrosis de las zonas del cuerpo en las que se inyecta, el desprendimiento de la carne hasta dejar los huesos a la vista y, en muchos casos, la aparición de gangrena, lo que conlleva a una amputación obligatoria de los miembros infectados.
Lo peor de esta sustancia no sólo es su poder destructivo sino el adictivo, que es más alto que el de cualquier otra droga existente, además de ser económica. Esta droga Krokodil convierte a los consumidores prácticamente en zombies, de los que el cuerpo comienza a pudrirse. Por ello es denominada “la heroína caníbal”. Su uso genera dependencia y en corto tiempo provoca que los vasos sanguíneos exploten, dejando la piel de un color verdoso y con una textura escamosa. Los que la consumen no pueden controlarse, su carne comienza a pudrirse, hasta finalmente fallecer.
En el año 2008 las autoridades rusas alertaron a la comunidad mundial sobre la existencia del Krokodil, y el gran riesgo de expansión hacia otras fronteras. Hoy el consumo de esta droga ya se encuentra en México, Estados Unidos, Canadá, Argentina, Ecuador, Perú, Chile y Brasil, donde ya se ha reportado casos esporádicos, sin embargo las autoridades sanitarias aún no han elevado una alerta de salud pública.
Frente a este nuevo riesgo que ya se encuentra en nuestras fronteras, considero importante que sean reforzadas las campañas informativas de prevención sobre el consumo de drogas en nuestros jóvenes, ya que se ha identificado que en las puertas de los planteles escolares se vende varias drogas, y puede aparecer entre ellas esta droga Krokodil, que se la ha catalogado como la más destructiva y letal. Estamos a tiempo.
El autor es abogado, Magíster en Drogodependencias.
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