El ministro Roberto Aguilar explicó que aproximadamente 493 unidades educativas fueron destruidas o parcialmente dañadas por las inundaciones y otras 450 son utilizadas como albergues para atender a las familias damnificadas.
Aguilar afirmó que en el oriente boliviano, hasta el momento, cerca de 300 unidades educativas aún no pudieron iniciar clases por las inundaciones. Algunas de éstas se encuentran en los municipios benianos de Riberalta y Guayaramerín.
Aguilar anunció que su despacho acompañará las decisiones que se tomen en esas unidades educativas para cumplir los 200 días calendario establecidos por la norma.
“Vamos a dirigirnos hacia Rurrenabaque, San Borja, San Ignacio de Moxos, Trinidad y algunos otros municipios donde ya bajó las aguas, queremos acompañarlos en tomar las decisiones para que no existan algunas situaciones que aparezcan como castigo”, sostuvo a la televisora cadena A.
Asimismo, aseguró que fueron dos semanas de suspensión de clases pero se podría hacer un pequeño ajuste dentro del calendario, si son tres semanas implica recuperación, lo que significa pasar más horas de clases y sábado y si son cuatro semanas implica modificación del calendario.
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