La Siesta

No tuve conciencia

de la siesta

ni todo lo anterior

a la ausencia

cuando mi ser pendía

sobre árboles color paraíso

No sé del tiempo

en que caminé por los silencios

en núbil virginidad

todo en gris

vedado de estrellas

Sentí mis brazos colapsados

azotada las espaldas

el fuego desprenderse

ir por el sur de los tapiales

que trepaban

fi nos álamos de noche

y sentí la paciente lluvia

romper el nudo de mi cuerpo

esa rebelde ebriedad

en el murmuro de su sangre

más el alba con su luz

espejo oculto sus besos

suavizaron mi rostro

me coronó de mirtos y

azaleas

por sendas

que mis ojos no conocen

espero que la noche

puro deseo y fábula

descubra mis espaldas

con su enigma.

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Susana Roberts

Marzo 13-2014

Este poema de Susana Roberts es muy bueno y seguramente será festejado por nuestra comunidad de poetas contemporáneos. A mí me transporta al Preludio a la Siesta de un fauno, el poema sinfónico de Debussy basado en un poema de Mallarmé, el gran poeta francés del simbolismo.

El tema de la siesta tan festejado en la literatura y la fi losofía fue recreado por Vaslav Nijinski, que a su vez lo toma de “L´après-midi d´un faune”, poema de Mallarmé. “La siesta del fauno” provocó un escándalo enorme cuando fue estrenado a fi nes del siglo XIX cuando el bailarín Nijinski se masturbó un pañuelo que habían dejado las ninfas.

Aurora Luque, en nuestros tiempos, escribió La siesta de Epicuro, fi lósofo griego que tanto infl uyó en el Renacimiento y después durante todos los siglos XIX y XX. Su libro ganó el X Premio Internacional de Poesía Generación del 27. Ese poema sinfónico de Debussy es delicioso y el literario de Susana Roberts es muy especial, es tal una hamaca que ondula entre la luz y la oscuridad, la vigilia y el ensueño, la conciencia y las ilusiones o más seriamente las alucinaciones... Su lírica no casualmente me recuerda a Debussy.

Ernesto Kahan