Menores obligadas a hacer actividades domésticas

El ciudadano común lamenta que desde hace bastante tiempo algunos padres y madres, así como hermanos y hermanas mayores de edad y ya casados y con sus propias familias, estén abusando de sus hermanitas menores, niñas que están estudiando en primaria, así como de las adolescentes que están estudiando en secundaria, para obligarlas a realizar una doble tarea diaria. Es decir como niñeras, con las obligaciones de llevar y de recoger a sus primitos(as), tanto de kindergarten y primaria, o en sus hogares son obligadas a cocinar el almuerzo y hasta la cena, lo que en el fondo es una pérdida de valioso tiempo empleado en dichos menesteres domésticos, que obstaculizan el cumplimiento de sus deberes educacionales, tanto por llegar tarde a clases y no poder ingresar, y tampoco poder presentar las tareas correspondientes de días anteriores.

Por si fuera poco lo anterior, sufren humillaciones por parte de sus profesoras delante de sus compañeras de curso, en sentido de que las flojas y tontas no tienen cabida en sus cursos, y que están engañando a sus sacrificados progenitores.

Progenitores que en la cruda realidad son sus verdaderos verdugos y explotadores y ante cualquier reclamo por sus derechos de niñas y adolescentes, sin contemplación son expulsadas de sus hogares y para el colmo cerradas las puertas de los hogares de sus hermanos(as) mayores, o tías y tíos si se han divorciado y vuelto a casar. Peor todavía, si de la noche a la mañana han aparecido con padrastros o madrastras y con hermanastros(as), a quienes deben servir ciegamente.

El ciudadano común considera todo lo anterior como actos abusivos y discriminatorios contra niñas y adolescentes, cometidos curiosa y asombrosamente, no por gente extraña, sino por sus propios progenitores y hermanos(as) mayores, porque al no poder estudiar libremente, y ser consideradas como empleaditas domésticas, se está atentando contra su estima personal. Les están quitando la voluntad de seguir estudiando y, por lo tanto, les inducen a conformarse, desde niñas y adolescentes, con que su desgraciado futuro es trabajar en actividades domésticas.

Aberrante actitud de desnaturalizados progenitores y de abusivos hermanos(as) mayores y ya casados y hasta divorciados, que no debe seguir impune, y que obliga a las autoridades educacionales, Defensoría de la Niñez y Adolescencia y Derechos Humanos, la pronta creación de una Comisión encargada de recorrer los establecimientos educacionales del ciclo primario y secundario, y recibir todas las denuncias sobre los abusos y discriminaciones citadas líneas arriba. Que previa verificación de los múltiples casos, se proceda al correspondiente enjuiciamiento de los que resultaren culpables, como la única manera de poner coto a estos actos que causan indignación ciudadana, y cuyas inocentes víctimas (niñas niños y adolescentes) sean albergados en “Centros de Protección” de menores de edad. ¿Verdad que sí?