Hospital privado Juan XXIII
Ante las presiones de tres médicos y un grupo de vecinos, la dirección administrativa puso sus puestos a consideración del Episcopado de Bolivia. Por su parte, los trabajadores y parte del plantel médico del hospital privado Juan XXIII se declararon en estado de emergencia debido al temor de una masacre blanca, como habría sucedió entre 2005 y 2009, cuando otra administración declaró en quiebra al nosocomio por más de 1 millón de dólares y las tasas de mortalidad por cirugías era mayor a la actual administración, a pesar de que se registraban menor número de intervenciones.
En contra parte, Javier Condori, vecino del barrio de Munaypata, en Contacto con EL DIARIO, acusó a Ariel Tapia y María del Pilar Cavero, actuales administradores, de nepotismo y de estar beneficiados en el cargo por ser sobrinos del Monseñor Edmundo Abastoflor, además de afirmar que durante dos años se han registrado al menos 18 muertes y 65 denuncias por mala praxis médica.
Similar postura se advierte por parte de Benedicto Balderrama, quién junto a los doctores Vicente Ochoa, Cinthia Aparicio y Monseñor Eugenio Escarpellini, obispo de El Alto, son acusados, por los trabajadores, de ser “autores intelectuales”, de la crisis que se vive.
Sin embargo, pese a lo delicado de las denuncias el vecino Condori, quien dijo que no cuenta con el respaldo de la Junta de Vecinos de Munaypata, que desistieron hacer denuncias al Ministerio de Salud, por el trámite burocrático que debe seguirse, ni existe denuncia formal ante el Ministerio Público y agregó, que etas denuncias son centralizadas por un comité de defensa de salud de un grupo de vecinos del lugar, inculpando al presidente de la zona de favorecerse con atenciones gratuitas.
Aseveró también que las cifras mencionadas no tienen fuente oficial, solo son el recuento de un registro abierto, en un cuaderno, que este grupo, ha dispuesto en cercanías del hospital, donde los supuestos afectados han hecho llegar memoriales.
Por su parte, la Secretaria General de los trabajadores del centro médico, Arminda Cari, el administrador, Ariel Tapia y el galeno Fernando Pereira, a su turno y por separado en diferentes entrevistas con EL DIARIO, desmienten todas estas afirmaciones.
En el caso de Tapia, descarta cualquier vinculación familiar entre María del Pilar Cavero, Directora del Hospital, Monseñor Abastoflor y su persona, calificando de peligrosas y dañinas, para el prestigio del centro médico, las versiones vertidas por el dirigente Condori.
Recordemos que a fin de no obstaculizar el normal funcionamiento del nosocomio, tanto Cavero como Tapia, la semana anterior, desistieron de continuar en la dirección y están a la espera del pronunciamiento oficial de Abastaflor, a quien consultamos, pero se encontraba de viaje.
La dirigente Cari, por su parte, afirmó que durante los años 2005 al 2009, la mala administración dejó al hospital en quiebra y en deuda. En ese entonces el doctor Ochoa les habría ofrecido realizar los finiquitos, lo cual fue calificado de engaño por personal y esto derivó, en ese entonces, la expulsión de los religiosos, Madre Domitila y Escarpellini.
HOSPITAL AUTO SOSTENIBLE
Desde otra perspectiva, Fernando Pereira, dio a conocer que a su llegada, en 2009, del plantel médico solo quedaban tres, Aparicio, Ochoa y Balderrama, “que son los que quieren tomar el hospital (…) cuando la actual administración se hiso cargo, han recibido un hospital en quiebra, sin médicos y un personal de enfermería que no recibía sueldos hace bastante tiempo”, describió Pereira.
El galeno afirma que el Hospital no recibe ayuda de la Gobernación ni el municipio, en cambio, la nueva administración si bien aún no logró sanear la deuda, rebajó de manera significativa su monto y como parámetro mostró el cuadro estadístico en el incremento de número de atenciones e intervenciones quirúrgicas entre las dos administraciones, donde se observa, el gran contraste, con la disminución sustancial de muertes de pacientes
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