Nuestros sabios
Recopilado por: Agrónomo Justo Juan Cadena
Nació en Sorata de la provincia Larecaja, el 3 de mayo de 1804; fueron sus padres Ildefonso Villamil e Isidora de Rada. Ingresó en el Colegio Seminario donde hizo estudios con bastante aprovechamiento. En 1825 arengó a Bolívar mereciendo muchos aplausos. Emprendió viaje a Europa con Lord Berhing en 1826, dedicándose en Londres a los estudios lingüísticos. Recorrió el viejo mundo regresando en 1833.
En la Universidad de La Paz recibió el grado de Doctor en Literatura y fue por poco tiempo profesor. Su amistad con Santiago Salaverry, militar peruano, hizo que Santa Cruz impidiera su ingreso al Congreso de 1834.
Descubiertos los minerales de cobre en Corocoro en 1843, trabajó Villamil con tesón en ese negocio. Más, comprometido en la revolución contra Ballivián, fugó al Perú contrayendo matrimonio en Lima con Mercedes Castañeda.
Descubiertos los minerales de California en 1848, se dirigió allí, donde fundó un diario en cuatro idiomas que le produjo pin-gües ganancias. Ávido d fortuna mandó llevar a Nueva York casas de madera, las que fueron reducidas a cenizas por un incendio. Viéndose arruinado pasó a México, donde contrajo relaciones con un pastor protestante que lo llevó a Australia. La súbita desaparición de su amigo le sumió en la miseria, pues, sus recursos se habían agotado y tuvo que ganar la vida barriendo las calles y trabajar como jornalero. Con esta ruda labor reunió recursos con los que regresó después de cinco años de ausencia, apareciendo en Valparaíso en 1856. Insta-lado nuevamente en el país fue elegido diputado por Sorata al Congreso de 1857, siendo su presidente. Derrotado Córdova emigró otra vez al Perú. En Arequipa publicó un folleto tremendo contra Linares: “Juicio de la revolución Linares”, 1858, así como se le atribuye, el Manifiesto y Programa del Presidente Constitucional de la Nación, dirigida por Córdova, en el que se hacen cargos a Linares, cargos casi irrefutables.
Según Gustavo Adolfo Otero, regresa a Bolivia en 1833. En su equipaje trae muchos libros de historia y de filología. Habla y escribe en latín y griego, es dueño del inglés, francés, del alemán e italiano, aymara y español. Es su primera cosecha en su vocación por los idiomas. Ha afirmado su conciencia romántica por la democracia en contacto con la Inglaterra victoriana donde sintió la fascinación por la política parlamentaria de Lord Melbourne. Se apasionó por el periodismo polémico y amplio de los londinenses y de los combates dialécticos de los whigs y los tories.
Sueña con la realización de esta Arcadia británica en su patria. La juventud sapiente de Villamil de Rada entusiasmó a su antiguo maestro, el obispo Indaburu a la sazón Primer Rector de la Universidad de San Andrés, que acababa de fundarse, y quien le confirió el título y las borlas de Doctor en Bellas Letras. Después el nuevo doctor fue instalado en el Seminario donde dictó la cátedra de Literatura.
Dice: Gustavo Adolfo Otero, como punto final a este esbozo, transcribimos una importante opinión del escritor chileno Carlos Walker Martínez entre otras conocidas por reputarla de interés “. . . los escritos de los cuales han visto la luz pública, de don Emeterio Villamil de Rada, que sostiene con muy buenas razones y muy concienzu-dos estudios que el aymara era el idioma que hablaban Adán y Eva en el Paraíso. En honor de la verdad, los fragmentos que yo conozco de la obra del señor Villamil de Rada me han persuadido de que el autor es uno de los más notables lingüistas mo-dernos y sin disputa, el primero en Amé-rica; se ha dedicado al estudio de las len-guas antiguas, modernas durante la friole- ra de cincuenta años”.
Según Nicolás Acosta –Villamil, filósofo, historiador y lingüista, antes de determinar sus rasgos Biográficos, debemos hacer constar que Villamil conocía con perfec-ción veintidós idiomas.
Por entonces fundó el diario “La Bandera Tricolor”, otra vez fue elegido diputado por Sorata a la Constituyente de 1861. Su acti-tud fue severa contra el dictador Linares. Concluido el Congreso se retiró a Tipuani al laboreo de sus minas. En 1868, le enco-mendó el gobierno de Melgarejo el cargo de Comisario Demarcador de Límites en el Brasil. Cumplió su cometido demarcando el límite de la Bahía de Cáceres, fijando después su residencia en Río de Janeiro. Viendo sus bolsillos vacíos, adjuntó sus libros al Barón de Cabo Frío, se dirigió al muelle y se arrojó a las olas del mar. Polí-glota profundo ha dejado muchos manus-critos.
Fuente: Selecciones de Bolivia N° 3, agosto de 1989. Pag. 77.
Dr. Emeterio Villamil de Rada. Texto, La Lengua de Adán. Pag. 15-15-26-92.
Gustavo Adolfo Otero. Pag. 14-26.
Dr. Nicolás Acosta. Pag. 58-105.
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