La noticia de perfil
Nuestro legítimo delirio de retornar al mar nos llevó a asistir a todas las actuaciones preparadas en La Paz para recordar al mar cautivo, pues tanto mi pariente espiritual como yo creemos firmemente que está cercano el día cuando nos podamos mojar nuestros calcañares en las frías aguas del océano Pacífico.
Llevado de mi entusiasmo patriótico pregunté a mi comadre Macacha si tenía listo su bikini para estrenarlo en nuestras playas, respondiendo intrigada la cholita de Quillacollo que no conocía tal indumentaria playera, obligándome a enseñarle las fotografías de mi tía Restituta con mi prima Semáforo luciendo sus hermosos bikinis en la playa de la Concha, en San Sebastián, playa donostiarra.
La púdica cholita cochabambina echó un grito escandalizado al ver a mis parientes casi “calanchas”, término criollo equivalente al desnudo, explicándome airada que ella jamás luciría su cuerpo desnudo en ninguna playa, sea ésta boliviana, donostiarra, chilena o peruana.
Llevado de mi curiosidad, pregunté a mi pudorosa comadre cholita qué vestimenta playera usaría ella en nuestras playas recuperadas después de 150 años de mediterraneidad, contestándome mi virtuosa comadre: “Yo y todas las cholitas cochabambinas nos meteremos al agua con nuestras polleras, nuestras mantas y nuestros sombreros borsalinos porque nadie nos podrá obligar a bañarnos desnudas delante de extraños”.
Quise explicar a mi comadritay que si volvimos al mar fue exigiendo nuestro derecho a abrirnos al mundo con todas sus consecuencias, sean éstas buenas o malas, lo cual la obligaba a vestir un bikini para sumergirse en el mar, u otra vestimenta playera que permitiera al mundo apreciar cómo son los bellos cuerpos de las bolivianas y especialmente de las cochabambinas y sobre todo de las quillacolleñas.
La buena de mi comadre cholita me argumentó que nuestro retorno al mar exigía también cambios en la mentalidad no sólo de las mujeres, preguntándome si también los varones, en este caso los cholos, cambiaríamos de mentalidad.
Le respondí que también los cholos cambiaríamos, pues iríamos a nuestras playas vestidos con trajes blancos, sombreros de jipijapa, calzados playeros y trajes de baño que nos permitan lucir nuestros pectorales y otras musculaturas hasta broncearlas adecuadamente. Puesto a imaginar, dije a mi comadritay que el presidente Evo visitaría la playa vistiendo traje blanco de Almirante Orureño y todos sus ministros competirían en pruebas náuticas para servirse después sandwiches de chola en los centenares de puestos de venta que llenarían nuestras playas y que mi mayor alegría sería la de ver un quiosco con el siguiente letrero: “Banco de doña Macacha ofrece préstamos con bajos intereses”.
Mi pronóstico playero hizo sonreír a mi comadre Macacha, quien al final me dijo: “Si me va bien en mi Casa de Cambios tal vez me anime a bañarme en bikini delante de mi compadrituy...”.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |