Una de las mejores formas de controlar y evitar las inundaciones en las diferentes cuencas es, por supuesto, la construcción de presas, que además contribuyen de manera efectiva para el riego, agua potable y en algunos casos la generación de energía.
Es grato constatar que a partir de las primeras presas construidas mediante la Comisión Nacional de Irrigación de México entre 1939-45, la Angostura en Cochabamba, la cual actualmente provee agua para 5000 regantes, y Tacagua en Oruro, realizada entre 1957 al 60, la cual actualmente beneficia a 1200 agricultores, el país, particularmente con la cooperación técnica alemana, ha construido numerosas presas de agua, según nos revela el documento “Inventario Nacional de Presas, Bolivia 2010” (Ministerio de Medio Ambiente y Agua), siendo autor Proagro.
Las presas que tienen relación con la cuenca amazónica corresponden a los departamentos de Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz y algunas de Potosí. Cochabamba tiene un total de 115 presas; 82 pequeñas, 24 grandes y 9 medianas, las cuales embalsan 323 millones de m3 y cubren 2.637 Km2; las de Chuquisaca son 30 presas, 29 para riego y una para control de cuencas, que embalsan 17 millones de m3 y cubren 770 Km2; en Santa Cruz hay 9 presas, de las cuales 6 benefician a la Chiquitanía para agua potable y abrevaderos, almacenan 27,8 millones de m3 y cubren 615 Km2. Lo que hace un total de 154 presas.
Claramente todas ellas contribuyen de manera efectiva a los propósitos para los cuales han sido construidas, pero significan control de aguas que anteriormente se escurrían sin intervalo hacia la cuenca del Amazonas.
Pero aún más importantes y que se los tiene que ejecutar tan pronto como sea posible, son los proyectos en carpeta. Uno de ellos: la Central Hidroeléctrica Rositas, se constituye en el componente de generación eléctrica del Proyecto Múltiple Río Grande - Rositas, el cual consiste en el represamiento de las aguas del río Grande, cerca de su confluencia con el río Rositas en la región de Abapó, provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz. Los componentes principales del Proyecto Múltiple son la provisión de energía hidroeléctrica, provisión de agua para riego, control de inundaciones e instalación de agroindustrias. (Fuente: ENDE).
El proyecto cuenta con un Informe de Factibilidad realizado en el año 1977, que contemplaba la generación de energía hidroeléctrica y el desarrollo de la agricultura intensiva bajo riego en la región Sud Este de Bolivia.
Según último estudio de la empresa Hydrochina Corporation, “Después de que se construya el proyecto, el nivel de agua de la represa será de 590 metros, que corresponde a un área de embalse de 240,9 kilómetros cuadrados.
La capacidad total del embalse es de 12,54 mil millones de metros cúbicos. La capacidad instalada es de 6.000 megawatios (el edificio contendrá cuatro unidades de generadores)”.
Otro proyecto que avanza en esta cuenca es el que estudia la empresa consultora canadiense Tecsult, contratada por el Gobierno de Bolivia para llevar adelante los estudios de viabilidad de la explotación hidroeléctrica en el río Madera; el proyecto de Cachuela Esperanza sería viable en términos económicos, solamente en caso de exportar la producción generada al Brasil, aunque habrá un fuerte impacto ambiental en la zona norte de Bolivia.
El proyecto hidroeléctrico de 990 MW, con el que se podría duplicar la potencia eléctrica instalada en el país, contempla la construcción de obras importantes, como una presa de 37 metros de altura y una esclusa, una central hidroeléctrica, vertedero e instalación de varios generadores/turbinas. Estas obras demorarían en su construcción de 7 a 8 años y demandarían una inversión aproximada de 2.000 millones de dólares.
Pero serán importantes los reguladores del flujo de las aguas en la cuenca amazónica, generando enorme impacto económico.
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